Los náufragos fueron rescatados por el pesquero español «Corisco»
Desesperación en los inmigrantes tras su desembarco en Libia España es, después de Suecia, el país donde los inmigrantes tienen más fácil encontrar empleo
Los indocumentados creían que llegaban a Italia, donde esperaban realizar sus sueños
Los 50 inmigrantes rescatados el sábado en aguas del Mediterráneo por el pesquero Corisco , de bandera portuguesa, pero con base en la localidad alicantina de Santa Pola, fueron desembarcados este lunes «sin incidentes» en el puerto de Trípoli, la capital de Libia, informó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores. La llegada del pesquero al país africano, pactada entre los gobiernos de los dos países, causó gran decepción entre los náufragos subsaharianos, que creían que iban a ser trasladados a Italia. Exteriores informó de que los extranjeros bajaron a puerto en la mañana de este lunes, después de que el ministro Miguel Ángel Moratinos, acordara su desembarco con el jefe de Gabinete del mandatario libio, Muamar el Gadafi. Exteriores asegura que las gestiones de Moratinos fueron «decisivas» para solucionar este problema. La llegada del barco a Trípoli desesperó a la mayoría de los inmigrantes, que creían que estaban siendo conducidos a Italia, país en el que aspiraban a ver cumplido su sueño europeo. El patrón del barco, Antonio López, señaló en declaraciones a la cadena Ser que, tras bajar a tierra, los extranjeros tenían «malas caras» porque «no se esperaban venir aquí». López explicó que les había dicho que navegaban hacia Italia para tranquilizarles. También ayer, un grupo de inmigrantes indios que permanecen en un centro de acogida de Melilla protagonizaron una protesta para pedir sus traslado a la Península. España y Portugal son, después de Suecia, los países de la Unión Europea donde más fácil resulta a los inmigrantes acceder a un empleo, según un informe sobre políticas migratorias en Europa publicado hoy en Bruselas. El Index 2007 sobre «Política Migratoria de Integración», elaborado conjuntamente por el grupo de pensamiento (think-tank) Migration Policy Group y el British Council, analiza las acciones que todos los países de la UE, salvo Rumanía y Bulgaria, aplican para favorecer la integración de la población inmigrante. También pasa revista a la situación en Noruega, Suiza y Canadá. El estudio concluye que Suecia es el país que más favorece la integración de los nacionales de terceros países, seguido de Portugal y Bélgica, mientras que a la cola se encuentran Letonia, Chipre y Austria. España figura en el puesto décimo de la clasificación, por delante de países como Francia y Alemania. «Aunque España es desde hace poco un país receptor de inmigrantes, se ha convertido en uno de los principales destinos», indica el documento, que explica que el país acogió sobre todo a rumanos, marroquíes y ecuatorianos entre 2004 y 2005. El informe analiza en particular seis áreas en cada país: el acceso al mercado laboral, las políticas para la reagrupación familiar, la residencia a largo plazo, la participación política, la obtención de la nacionalidad y las políticas contra la discriminación. Donde mejor parada sale España es en acceso laboral de los inmigrantes, y es que éstos lo tienen más fácil para encontrar empleo que los españoles, «aunque también tienen el doble de posibilidades de contar con empleos temporales», señala el texto. El informe destaca que «España ha logrado una de las mejores prácticas en el área de la seguridad del empleo y los derechos asociados. La mayoría de permisos de trabajo son renovables y los inmigrantes se pueden quedar en el país para buscar un nuevo empleo si su contrato ha terminado». El país podría ascender en la clasificación con «ligeras mejoras» en la normativa, que deberían incluir la fijación de objetivos a nivel estatal para reducir el desempleo entre inmigrantes y acciones para mejorar las habilidades lingüísticas de ese colectivo, añade el texto. Por otro lado, los «puntos débiles» de la política migratoria española, al igual que en la mayoría de países de la Unión Europea, son las medidas para «facilitar la participación política y el acceso a la nacionalidad», ámbitos en los que España se sitúa en el puesto décimo cuarto de la clasificación. En cuanto a participación política, el estudio revela que el resultado se debe fundamentalmente a las limitaciones a la hora de reconocer a los inmigrantes el derecho al voto. Otro aspecto muy mejorable según el estudio se refiere a las acciones anti-discriminación, donde España ocupa el décimo séptimo lugar de la lista. España mejoraría en ese ámbito «si la ley sancionara la discriminación por motivo de nacionalidad en distintas áreas (...)», indica el texto. En el área de la reunificación familiar, el informe considera que en España se debería reducir de cinco a tres años de residencia el periodo que se fija para que los miembros de la familia puedan obtener un permiso autónomo.