Diario de León

«Esto no es nuevo; viene de cuando Felipe González, hace ya tiempo»

Un canoso policía saluda al matrimonio Zapatero junto al Congreso

Un canoso policía saluda al matrimonio Zapatero junto al Congreso

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León

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El envejecimiento de las plantillas policiales no es nuevo o, al menos, tiene su origen varias décadas atrás. A la hora de aplicar austeridad en los presupuestos generales del Estado casi todos los gobiernos han preferido recortar la nómina de la Guardia Civil y, sobretodo, de la Policía Nacional para restar números rojos, lo que en las cuentas finales no dejaba de ser el chocolate del loro. El resultado es que, mientras a mediados de los ochenta salían cada año de la academia cuatro mil nuevos policías, ahora apenas llegan a un millar eso en las promociones más generosas. Según los sindicatos, éste es el origen del actual déficit de las plantillas en las comisarias, que ha ido engordando y data, como mínimo, de la época de Felipe Gonzalez, sin que ninguno de los que vinieron después le pusiera remedio, incluido Aznar en sus ocho años de mandato, «porque si en algo se han ampliado las nóminas sólo ha sido en beneficio de las escalas superiores, a los que les ponen Internet para que se entretengan en el despacho, pero no del policia que tiene que cubrir turnos de calle». Mientras tanto las estadísticas sobre seguridad ciudadana se maquillan continuamente para disimular las necesidades que quedan por cubrir y lo que no se puede hacer. Teóricamente León capital, por ejemplo, es una ciudad tranquila en el confuso mapa nacional con sólo 30,5 delitos por cada mil habitantes, frente a una media en España de 50,7. Según los sindicatos policiales, sin embargo, estos portentajes y cifras están convenientemente maquillados por las autoridades gubernativas, siendo difícil de clasificar y menos aún de evaluar en estadísticas los actos delictivos que se datan cada año. Ahora, por ejemplo, con los policías en prácticas se procuran paliar los problemas de seguridad callejera de toda la vida, mientras que con los veteranos se atiende a la llamada «violencia de género», típicas riñas domésticas de andar por casa, no por frecuentes de toda la vida menos problemáticas. Como está de moda hablar de ellas, como antaño de los robos en la tienda de la esquina, ahora es una prioridad.

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