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«Los que quieren volver a León tienen que sumar 20 años de servicio, como poco»

Niños en la última jornada de puertas abiertas en la comisaría de León

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A. Núñez - león
León

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No es fácil regresar al terruño en una provincia cantera de policías nacionales como León, de donde salen agentes jóvenes para todos los rincones del mapa y sólo regresan los viejos. Según el portavoz de la Unión Federal de Policía (UFP), Ricardo Magaz, esto agrava todavía más el envejecimiento de las plantillas. «León es, sin duda, una de las provincia que más funcionarios ha dado y sigue dando al Estado, lo que origina la existencia de un colosal número de agentes, especialmente en la escala básica, repartidos por todos los rincones de España, en espera de regresar al terruño». En la actualidad, según Magaz, la plantilla de las comisarías de la provincia suman 343 agentes, «pero son centenares y centenares los policías que solicitan desde todo el país destino en León, aunque las probabilidades de que prospere su petición son escasas, porque los puntos de baremo que se precisan en la actualidad para ir destinado a una comisaría leonesa rondan los sesenta». Conseguirlos no es fácil y, así, «por cada año de destino en el cuerpo la DGP otorga una media de tres a cuatro puntos, dependiendo del destino, servicios prestados, condecoraciones recibidas, etcétera. Es decir, un policía leonés necesita al menos veinte años de servicio activo para regresar a su tierra». Ante este panorana los agentes suelen pedir destino en provincias más o menos lilítrofes, como Burgos (se puede ir con apenas diez puntos), Valladolid y Asturias (30 y 35 puntos, respectivamente), etcétera. «Otros solicitan destino voluntario en el País Vasco con el fin de ace lerar la consecución de puntos, ya que el baremo en Euskadi se multiplica por dos, la nómina es bastante más nutrida, las competencias mínimas, el trabajo escaso y, además, se supone que en la actualidad el terrorismo está algo así como hibernando, o sea una especie de canonjía profesional». Antes de volver a la tierra donde quieren jubilarse la inmensa mayoría de los policías leoneses tienen destinos que no difieren demasiado del resto de sus paisanos civiles. «Los más comunes cuando terminan su periodo formativo en la escuela de Ávila, suelen ser Madrid, Canarias, Baleares y Levante, antaño también Cataluña, aunque ha dejado de ser un destino usual a partir de la transferencia de competencias». Más que los programas o proyectos oficiales, que parecen no existir, en el día a día de las plantillas policiales prevalece la rutina de los trienios por encima de los pluses de eficacia, pero eso es algo que se da por sentado a la espera de la jubilación.