La ruta africana de la cocaína acentúa la disminución de las aprehensiones

El Opnor , un viejo carguero danés que fue salvado del desguace para hacer un último transporte y que fue interceptado por los servicios antidroga españoles el pasado viernes a 80 millas al oeste de las costas de Senegal con 3.700 kilos de cocaína, llegó en la mañana de ayer al puerto de Las Palmas y sus tripulantes -cuatro ghaneses y dos holandeses- pasarán en las próximas horas a disposición de la Audiencia Nacional. Este tipo de operaciones en la última década se habían convertido en un hecho casi habitual, pero cada vez lo son menos. Así lo constatan las estadísticas. En lo que va de año, los distintos servicios antidroga españoles han impedido la entrada en el mercado europeo de poco más de 24 toneladas de cocaína, menos de la mitad de la media de los últimos años. Otras rutas La evidente disminución en la eficacia de las aprehensiones, según fuentes conocedoras del tema, no es atribuible a una bajada de la guardia por parte de los servicios policiales implicados, sino a la consolidación del cambio de rutas que han implantado las organizaciones colombianas. Desde hace cinco años a esta parte la utilización de la denominada ruta africana es cada vez más habitual. Los pesqueros que antes enfilaban hacia las costas peninsulares tras cargar en los nodriza en el triángulo de las Azores, ahora toman rumbo hacia las de África occidental para, por el método clásico de las lanchas rápidas, descargar en las costas de Senegal, Costa de Marfil y limítrofes. Allí la compra de voluntades policiales y políticas es más asequible que en Europa y convierte el litoral de estos países en excelentes centros logísticos. Métodos diversos El principal inconveniente de la ruta africana es su distancia con Europa que es donde está el gran mercado final del cotizado oro blanco andino. Las organizaciones colombianas, cada vez más profesionalizadas y experimentadas, están solventado este obstáculo con la utilización de contenedores, lanchas rápidas semirrígidas de gran autonomía e incluso pequeñas aeronaves que aterrizan en discretos aeródromos privados de la península y otros puntos del sur de Europa. Por otra parte, según confirmaba el subsecretario de Estado norteamericano para la lucha contra la droga en su reciente visita a España, Venezuela se ha convertido en la principal puerta de salida de la cocaína colombiana hacia Europa, con lo que la salida del Opnor de un puerto venezolano, tal y como apuntaba ayer el delegado del Gobierno en Canarias, no es casual.