Diario de León

El juez Ismael Moreno ordena la desarticulación de la red que sufragaba la guerra santa

Detenidos en Burgos seis islamistas que captaban terroristas en Internet

Utilizaban una carnicería de Burgos para enviar dinero a yihadistas presos en Marruecos La célula valen

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Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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La Guardia Civil detuvo ayer en la provincia de Burgos a seis supuestos yihadistas que se dedicaban al reclutamiento de muyahidines en la red, a la recaudación de fondos para presos terroristas en Marruecos y a sufragar la «guerra santa» en Irak. Una carnicería halal (tradicional musulmana) del centro de la capital castellana era el centro de la trama. La redada se desató a las 6.00 horas de la mañana, bajo la supervisión del titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno. La operación, en la que participaron 86 agentes, se saldó con la detención de cuatro ciudadanos argelinos y dos marroquíes, entre ellos una mujer. Se trata de Abdelkader Ayachine, de nacionalidad argelina; Wissam Lotfi, marroquí; Mohame Mouas, argelino; Smaine Kadouci, argelino; Yahia Drif, argelino; y Fatima Zahrae Raissouni, marroquí. Cuatro de las detenciones tuvieron lugar en la capital burgalesa, otro individuo fue capturado en Briviesca y el sexto en el municipio de Vilviestre del Pinar. Según informaron fuentes de la lucha antiterrorista, la investigación contra esta red comenzó hace 18 meses, cuando la Guardia Civil de Burgos detectó la existencia de una célula radical que lideraba el imán argelino Abdelkader Ayachine, el dueño de la carnicería musulmana Thiba, situada en el número 3 de la calle José María Ordoño. Ayachine -que cuenta con varios antecedentes por homicidio, lesiones, violencia en el ámbito familiar y violación de orden de alejamiento- en los últimos tiempos se había convertido en una suerte de «emir religioso», con una decena de acólitos en la provincia. Los agentes descubrieron que Ayachine y su lugarteniente, el marroquí Wissan Lofti, habían «heredado» el negocio de uno de los terroristas encarcelados en Marruecos por los atentados de mayo del 2003 en Casablanca y que mantenían estrechos contactos a través de internet con radicales del país magrebí, a los que enviaban regularmente dinero. Esos fondos eran recaudados por el propio Ayachine entre los inmigrantes argelinos de Burgos, a los que reclamaba el zacat (limosna islámica), que luego desviaba a las cárceles marroquíes. Los detenidos mantenían reuniones clandestinas en las que, según Interior, «hacían proselitismo extremista y apología del terrorismo mediante la exaltación de las acciones y de líderes yihadistas»; adquirían, copiaban y distribuían propaganda islamista radical; y, sobre todo, hacían trabajo de captación y adoctrinamiento en internet para mandar adeptos a Afganistán e Irak.

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