Diario de León

Despedida agridulce para Solbes

Publicado por
j. a. b. | madrid
León

Creado:

Actualizado:

Para el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, la jornada resultó agridulce, con un punto de tristeza. Muchos creen que este ha sido su último debate general de Presupuestos, ya que cuentan con que no seguirá en el Ejecutivo aunque el PSOE gane las elecciones del 2008, si bien el protagonista aún no ha «deshojado la margarita» de forma oficial. Pero ello no hizo que el vicepresidente se permitiera algún gesto emotivo, ni siquiera tras conocer al mediodía que había fallecido su hermano pequeño. Solbes, convertido en paradigma del hombre «gris» centrado en las cifras y los cálculos, no dejó traslucir su dolor en momento alguno y tan sólo se permitió el «lujo» de acudir al tanatorio durante el descanso que se hizo en el Pleno del Congreso para comer. Sólo entonces el veterano político, bajó la guardia. De vuelta a la Cámara Baja, otra vez con la cartera ministerial, se refugió en los números y volvió a ocultar durante unas horas el dolor. Elogios y críticas Esta fue la parte dura de una jornada de sabores contrapuestos para el vicepresidente, en la que se alternaron los elogios y las críticas hacia él. Mariano Rajoy, líder del PP, optó por las segundas, al tildarle de «pusilánime» por «plegarse» a los «grandes anuncios promocionales que han jalonado estos Presupuestos». Por el contrario, Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz parlamentario de CiU, reconoció a Solbes su «buena labor» a lo largo de la legislatura, incluida su función de «muro de contención, aunque a veces sobrepasado», respecto a las peticiones «claramente electoralistas» procedentes de Moncloa. Quizá para acompañar el tono de despedida que marcó gran parte del debate, con intervenciones poco brillantes, la mayoría de los diputados -incluidos los ministros- optó por atender otras tareas, lo que propició que, en el mejor de los casos, el hemiciclo registrara una media entrada en su aforo e incluso, en varias ocasiones, presentara una imagen casi íntima, con apenas una veintena de parlamentarios. Sólo al final, y dado que cada voto era esta vez más necesario que nunca, acudieron casi todos a sus escaños -salvo los enfermos- y permitieron que el Pleno mostrara una fotografía más adecuada a la importancia del proyecto de ley que se trataba.

tracking