La Junta elabora un plan propio para potenciar la bioenergía en el 2008
El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, defendió que esa comunidad «puede y debe convertirse en la líder nacional» en el sector de las energías renovables. Juan Vicente Herrera inauguró la feria Expobioenergía 2007, que reúne en Valladolid hasta el próximo día 27 a cerca de 250 participantes de Europa y de América. La Junta, recordó su presidente, trabaja en la elaboración de un plan propio, que se espera que esté listo en 2008, para potenciar la denominada bioenergía, procedente principalmente de biomasa forestal o agrícola. El objetivo es, según el presidente, favorecer «un crecimiento equilibrado» de este sector, «sin conflictos con otras fuentes energéticas». El 20% de España Herrera recordó que los planes del Gobierno asignan a Castilla y León comunidad Autónoma un potencial para producir el 20 por ciento de todas las energías no contaminantes que se generen en España. Juan Vicente Herrera ha destacado además que el Ministerio de Medio Ambiente ha reconocido a Castilla y León como la comunidad «con mejor índice de sostenibilidad». Este reconocimiento, ha precisado Herrera, responde a la superficie forestal que absorbe CO2, y al desarrollo sostenible. Los planes de crecimiento económico en torno al aprovechamiento de los recursos del monte como fuente energética trascienden al sector primario, y comienzan a tomar cuerpo en el segmento industrial. En ese estrato se localiza el proyecto para la construcción de una fábrica de pellets en León, el producto más usual en las calefacciones de nueva generación alimentadas con biocombustibles sólidos. Los promueve el Eren (Ente de la Energía de Castilla y León) y se asentará en la localidad de Carrocera y su ejecución absorberá en el ejercicio presupuestario del año 2008 una inversión que supera dos millones y medio de euros (alrededor de cuatrocientos millones de pesetas). La fábrica de pellets, la primera de este tipo de transformación de productos forestales para obtención de biocombustible que se va radicar en León, recibirá materia primera de los desechos de los montes de roble (de podas, cortas o aclarados) y restos de los pinares de los montes de Omaña. El complejo industrial forestal dispondrá de todos los tramos del proceso para la obtención de pellets: la recepción de la biomasa, el triturado del material, las planchas de secado, la molienda, el paletizado, el enfriado y el almacenaje. La fábrica de Carrocera dispondrá de un sistema mecanizado capaz de obtener hasta cuatro toneladas de este tipo de combustible a la hora. La producción final anual que estiman los promotores del proyecto es de 10.000 toneladas. El pellet es una de las formas de combustible de origen forestal con más introducción en el mercado. Ya existen cuatro montes en León que aportan sus desechos directamente para ser transformados en ese producto: un compuesto cilíndrico de madera triturada, molida y prensada, en el que se emplea la lignina de la madera como aglomerante. El tamaño del pellet más comercial es de 6 milímetros; aunque otros patrones de fabricación alcanzan hasta 30 milímetros. Existe una comercialización de pellet de dos centímetros y medio. Su humedad oscila entre el 10 y el 20%, lo que junto a su densidad le proporciona un poder calorífico de casi 5 kwh (aproximadamente 4.200 kilocalorías). Los restos de cenizas en las calderas tras la combustión no llegan al 1% de la materia total empleada. Este combustible se aplica en los proyectos piloto de calefacciones alternativas en el pabellón del Ejido, (269 toneladas de combustible al año) y del colegio de Tabuyo (11.000 kilos de astilla forestal de los pinares del entorno).