El PSC apoyaría cualquier dimisión si resolviera el problema
El secretario de organización del PSC, José Zaragoza, aseguró ayer que su partido apoyaría cualquier dimisión que sirviera para acabar con el caos de Renfe en Barcelona, pero sostuvo que una decisión así «ahora sólo retrasaría» la resolución de los mismos. En rueda de prensa, Zaragoza señaló que si una dimisión sirviera para recortar el plazo de resolución «ni que fuera un día», ésta tendría el apoyo de los socialistas catalanes. Sin embargo, consideró que las peticiones de dimisión de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, que llegan desde los distintos partidos son iniciativas «en clave electoral y que no ayudan a que los ciudadanos recuperen la normalidad». Respecto a la decisión de ERC e ICV -socios de gobierno de los socialistas en la Generalitat- de presentar una moción conjunta en el Parlament para exigir la dimisión de Álvarez, la considera «coherente, porque los dos partidos están en la oposición en el Congreso», pero señaló que el PSC no se sumará a ella. «Está resolución explicará la posición del Parlament, pero no la del Gobierno de la Generalitat», agregó. Mismo guión Zaragoza consideró que tanto el PP como CiU han utilizado «el mismo guión y la misma música» para criticar la visita el domingo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a las obras del Ave en L'Hospitalet (Barcelona). El secretario de organización del PSC explicó que la federación nacionalista ha caído en un modelo de «radicalización y confrontación» en su labor de oposición, una estrategia que «da alas» al PP. «El presidente (Jordi) Pujol nunca pidió la dimisión de ningún ministro en los 23 años que estuvo gobernando», recordó Zaragoza, quien también remarcó que esta «deriva radical tiene como única ambición llegar al poder». Asimismo, explicó que el Gobierno de Zapatero y la Generalitat coinciden en asumir primero la solución del problema de seguridad para los pasajeros de los trenes, después la normalización del servicio de Cercanías y finalmente el de la llegada del Ave a la capital catalana, aunque no quiso fijar fechas al respecto.