Diario de León

PERFIL | JAVIER GÓMEZ BERMÚDEZ

La consagración de un juez mediático aplaudido por la opinión pública

Gómez Bermúdez dirigió con mano dura un proceso complejo

Gómez Bermúdez dirigió con mano dura un proceso complejo

Publicado por
Julio Á. Fariñas - redacción
León

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Si usted mañana se cruza en la calle con alguno de los más de 40 abogados que intervinieron en el juicio del 11-M como acusadores o defensores, es bastante probable que su rostro no le diga gran cosa. Algo parecido le ocurrirá con los tres fiscales e incluso con los acusados. Pero si se cruza con Javier Gómez Bermúdez, seguro que no le pasa desapercibido. Inmediatamente lo asocia con lo que muchos han calificado el juicio del siglo, que a lo largo de más de cuatro meses se retransmitió en directo a todo el mundo por varios canales de televisión. Gómez Bermúdez dirigió día a día con firmeza y mano dura un proceso complejo en el que, al final, uno de sus aspectos más destacados fue la normalidad con la que se desarrolló. Fue muy duro con los abogados defensores más vehementes, hasta el extremo de que llegó a pedir disculpas públicamente al día siguiente. Tampoco fue condescendiente con algunas acusaciones -como la que representaba a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) que no se sabía muy bien si estaban en el juicio para acusar o para defender a los acusados-. Fue inmisericorde con los fallos del personal del aparato logístico del juicio, especialmente con los traductores. Cortó por lo sano los desmanes de algunos acusados y controló con bastante éxito la tensión que en algunos momentos reinaba en el interior de la pecera. También mostró especial sensibilidad con los familiares de las víctimas presentes en la sala y al final fue especialmente duro con la fiscal Olga Sánchez, a la hora de cortar las críticas vertidas en su informe final contra sus verdugos mediáticos. Pero, sin duda, el peor trago que le tocó digerir fue el servido por el eurodiputado popular Díaz de Mera cuando confundió los micrófonos del juicio con los de alguna emisora de radio y afirmó que se habían destruido informes que avalaban la relación de ETA con el 11-M . Todo esto consagró a un juez mediático nacido en Málaga hace 44 años, aplaudido por la audiencia y cuestionado por algunos de sus pares, que lograron que el Tribunal Supremo anulase en dos ocasiones su nombramiento como presidente de la Sala de lo Penal, y que el actual Consejo General del Poder Judicial lo confirmase otras tantas. Pero la carrera de «El nieto del juez Bermúdez» -así lo presentaba un medio afín a los pocos días de comenzar el juicio en un reportaje biográfico- no ha hecho más que empezar. Si no, permanezcan atentos a las librerías.

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