«Ansiedad y esperanza» son los sentimientos que más fluyen hoy entre los afectados
Los psicólogos refuerzan la terapia a las víctimas ante el fallo del 11-M
Una mujer chilena que perdió a su marido viajó ayer desde León para conocer la sentencia Los periodistas de
Ansiedad, «mucha ansiedad», pero también «esperanza» de ver colmada el ansia de justicia que les carcome desde hace tres años y medio. Las víctimas del más sanguinario atentado terrorista de la historia europea cuentan las horas que faltan para que el tribunal comunique al mundo si los 28 acusados son culpables de destrozarles la vida. El retraso de la sentencia, que se esperaba para mediados de mes, les ha hecho vivir la últimas semanas «como si el reloj no se moviese». Los psicólogos que les atienden han intensificado sus terapias con el objetivo de prepararles para el día que llevan aguardando con angustia y rabia desde la mañana del 11 de marzo del 2004. Muchos afectados ven la sentencia como una etapa más dentro de un largo camino, ya que aún hay abierto un sumario para atar los cabos que han quedando sueltos, como la existencia de varias rastros genéticos desconocidos en los principales escenarios. Pero otros muchos no pueden evitar vivirla como el final de un largo camino. Los psicólogos trabajan desde hace meses para atajar la sensación de vacío en que corren el riesgo de quedar sumidos. «En el momento que pase la sentencia, no sabemos que puede pasar», explica Antonio Segura, abogado de la asociación que preside Pilar Manjón. Las víctimas de esta asociación recibieron un curso de preparación para asistir a las vistas y han dedicado las últimos semanas a prepararse para la sentencia. «Tenían que haber sido días tranquilos, pero el regreso de los atentados al primer plano informativo, con cientos de llamadas de periodistas y las imágenes en la televisión, no ayuda nada», lamenta Segura. El letrado, con todo, está convencido de que «sus» víctimas no se vendrán abajo, ya que han creado «redes de apoyo» para ayudarse entre si y para auxiliar a las víctimas de futuros atentados. Por libre Pero no todas las víctimas cuentan con la protección y el calor que supone pertenecer a una asociación y participar en su día a día. La chilena Angélica María Jeria Cortés, que perdió a su marido en los trenes, vive ahora en León. La distancia ayuda y la viuda de Héctor Figueroa vive estos días «con tranquila expectación». Este martes recogió a su hijo del colegio a las cuatro de la tarde y se trasladó a Madrid. Su abogado, Gonzalo Boye, le acompañará a la lectura de la sentencia. «Quiere ver la cara de los acusados cuando se lea el fallo», explica el letrado. Tanto la afectada como su defensa han coincidido en que el hijo no debe acudir a la vista. «El niño tiene 11 años y no nos pareció bien», explican. Su madre, eso sí, quiere estar presente como homenaje al padre desaparecido y para comprobar que se cumple su mayor expectativa: una sentencia «muy clarita» y la condena de los culpables.