«El sufrimiento ha dejado de estar en el pedestal de la vejez»

Carmen Requena es psicóloga y experta en envejecimiento positivo, una tarea que inició hace una década con la apertura de un centro intergeneracional en León y continúa a través de la investigación universitaria, es profesora de Psicología Evolutiva en la Universidad de León y de la práctica cotidiana en los talleres de memoria. -Participa en el foro científico previo a la Conferencia del Envejecimiento. ¿Qué sugerencias va a plantear? -Las personas mayores me dicen que está muy bien el trabajo preventivo, pero ven carencias como el acceso gratuíto al dentista. Tratamos de curar el alma y nos faltan cosas del aspecto físico que afectan mucho a su autoestima y a la salud física pues tener la boca mal es causa de infecciones y enfermedades. Respetan mucho las operaciones de cambio de sexo, pero la sociedad debe ser coherente y facilitarles algo tan elemental como la salud bucodental. -¿Qué le preocupa a usted como experta? -El envejecimiento activo. Desde la Universidad y los ámbitos de la educación hay que promover programas de envejecimiento activo. Hasta ahora no hay nada más que másters o posgrados y debe ser algo que esté integrado en los estudios. -¿La sociedad ve a las personas mayores más como candidatas a ser cuidadas que como sujetos activos? -Así es. Es verdad que hay una parte de la población mayor que necesita de cuidados, pero hay una mayoría importante que demanda la experiencia de la vejez como una línea de continuidad de la vida y una parte más del ciclo vital. Hay que empezar a asumir que las personas mayores necesitan el lado positivo de la vida. La vida que les tocó vivir estaba basada en elogiar y poner en un pedestal el sufrimiento y por tanto tenían la etiqueta de valer en la medida que se quejaran. Eso fue necesario. Pero, hoy, esta carta de presentación supone rechazo social. Es un estereotipo negativo. El sufrimiento ha dejado de estar en el pedestal de la vejez y en su lugar se coloca una vida positiva, activa y divertida. Ahora lo que está en el pedestal es pasárselo bien.. Para ello necesitan y demandan educación. -Tiene contacto con muchas personas mayores. ¿Qué diferencias ve en su situación entre el medio rural y el urbano? -Trabajo con unas 600 personas en León, Ponferrada y San Andrés y otras 350 en pueblos. El medio rural es un laboratoriode la ciudad. Tienen el problema de la soledad, pero también el aliento de la tecnología por las puertas que abre a la comunicación y son muy conscientes de sus necesidades. Esa búsqueda de la felicidad y de pasárselo bien la he visto mucho entre personas de 80 o 90 años en los pueblos. Dicen que son felices por la salud, pero a través de mis investigaciones he visto que es por lo contrario: tienen salud porque son positivos. La felicidad actúa como protector de la salud, te hace consciente de que está en tu mano mejorar y se acude menos a los fármacos. Por eso son tan importantes los planes de envejecimiento activo.