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- CARGO: RESPONSABLE DEL DEPARTAMENTO DE ASUNTOS SOCIALES Y ECONÓMICOS DE LA ONU PARA LA COMUNIDAD EUROPEA - NACIONALIDAD: NACIÓ EN SAN PETERSBURGO (RUSIA) AUNQUE LA MAYOR PARTE DE SU EDUCACIÓN LA RECIBIÓ EN UCRANIA - OBJETIVO EN LA CONFERENCIA:

«El envejecimiento no es ningún problema, como mucho una circunstancia de la vida»

Sidorenko posa en el claustro del Hostal de San Marcos, durante un receso

León

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Baja el tono de voz cuando la marabunda abandona el claustro del Hostal de San Marcos y aunque las últimas preguntas las responde casi en un susurro, la entonación recupera el vigor en el off the record : «¿Me está diciendo de verdad que este sitio llegó a ser una prisión?. No me lo puedo creer, me parece de una belleza increíble. El mundo no deja de sorprenderme». El sol del mediodía no aporta una temperatura especialmente alta al claustro del Hostal de San Marcos, pero sí mejora el estado de ánimo. ¿Desidia?. En absoluto. El problema radica en que el sábado cenó en Estambul y el lunes está desayunando en León. O intentándolo. Apenas apura el último trago del zumo de naranja le cae la primera pregunta. -Está usted considerado como uno de los grandes nombres de la Comisión Europea de la ONU. ¿Cuál será su papel en esta conferencia durante estos días? -Haré un poco de enlace entre los problemas del envejecimiento de Europa y los de la zona norte de América. Hay zonas como Vladivostok (Rusia) o Vancouver (Canadá) que necesitan también su atención especial y no podemos aplicar una consideración diferente dependiendo de la localización. Todas deben ser iguales. -¿Hay conciencia en el mundo del problema que supone el envejecimiento para... -(Interrumpe la pregunta) Es que el envejecimiento no es ningún problema. Por sistema, en Naciones Unidas preferimos hablar de este asunto en positivo, y no utilizamos la palabra «problema» porque no lo es. Hay mucha gente en todo el mundo que se refiere al envejecimiento como «ese problema» y no es así. Es cuestión de acostumbrarse, simplemente. Hay que empezar a darse cuenta de que si se han alcanzado estas cotas de envejecimiento, es porque hay unas cifras de progreso muy notables también, así que no hay que tomarlo por el lado negativo. Envejecer es simplemente una situación más de la vida, una circunstancia». -En cualquier caso ¿corremos el riesgo de llegar a un punto sin retorno en este asunto? -Es que la situación es diferente en cada país porque cada país es diferente, entonces no podemos buscar una solución colectiva. Como no hay un sólo problema, no hay una sola respuesta. El ejemplo de España está bien claro, pero no es referencia para ningún otro país, como máximo puede ser una comparación. Hay cientos de paises europeos con otras tantas condiciones diferentes. A las ex repúblicas soviéticas, sin ir más lejos, no se les puede aplicar una prescripción unitaria. Como mucho podemos hablar de políticas mayoritarias, como las que se dictaron en Madrid 2002. Hay tres áreas básicas: el desarrollo del envejecimiento, que para mí es la más importante porque nos ayuda a saber qué es lo positivo, qué es lo negativo y ajustar conceptos y respuestas, el segundo apartado es de las ayudas y programas de colaboración y el tercer apartado es el acondicionamiento de las circunstancias de vida al envejecimiento. Existe la leyenda urbana de que hay que adaptar a los edificios, los transportes y demás, y no es cierto. En realidad hay que adaptarlo a todos los seres humanos, porque el bienestar está pensado para toda la humanidad, no sólo para una parte en función de su edad. Fundamentalmente es así porque determinados comportamientos no tienen su razón de ser solamente en el envejecimiento, y ahí también hay que actuar. Y Madrid presentó esta iniciativa ante la ONU. A grandes rasgos, esta es la idea. -Aunque la diversidad que caracteriza a Europa singulariza buena parte de las decisiones comunes ¿están preparados los gobiernos para acometer los cambios que está provocando el envejecimiento?. ¿Se están adoptando las medidas adecuadas? -En general, sí. De manera absoluta además, debo decirlo así. Madrid 2002 recomendaba vigilar especialmente las condiciones de vida y la salud de nuestros ancianos (se refiere a ellos con este término por primera vez en su alocución) pero también planes específicos de integración en las decisiones de la sociedad, y creo que ahí se van dando pasitos poco a poco. El problema es que los mayores deben de sentir también que realmente se está haciendo algo y que lo que se está haciendo por ellos les gusta. La vida no se acaba cuando uno deja de trabajar. No hay ningún drama. es un cambio, sin más. Y un cambio positivo. -En estos cinco últimos años que se analizan estos días ¿realmente ha habido cambios significativos? -Es un poco apresurado contestar... Sé que estamos hablando de un periodo de cinco años, pero en realidad, al ritmo que hay que trabajar en estos temas, se trata solamente de un primer ciclo de lo que en realidad estamos preparando. De hecho se decidió en su momento que iríamos analizando las circunstancias cada cinco años, y es la primera vez que nos reunimos para hacerlo. León va a recopilar la información que han enviado los paises miembros del a Comunidad Económica Europea adheridos a la Organización para las Naciones Unidas. Haremos un poco de examen de conciencia para saber cómo estamos, a dónde queremos ir y cuáles pueden ser los obstáculos que podemos encontrar en el camino. Estamos preparando conferencias similares a estas en Norteamérica y África, las ha habido en Macao y queremos seguir trabando en implementar medidas de estas características. -¿Cuáles son los principales aspectos en los que quieren incidir ustedes? -Cualquiera que nos permita optimizar los recursos. Cada oportunidad que dejemos pasar será un error gravísimo. Necesitamos a las personas mayores en nuestra sociedad. -Viena 1982 marcó el punto de partida. A estas alturas de la película, el cuento habrá cambiado mucho ¿no? -Los cambios han sido dramáticos (traducción literal). Allí ya nos quedó claro que el desarrollo de las sociedades depende en buena medida de lo que los países sean capaces de hacer, evidentemente. La mayoría de los ancianos están en Europa, no en otras zonas, pero no tardando, tendremos 600 millones de ancianos y ahí China tendrá mucho que decir. Caminamos hacia un mundo que tendrá no tardando un billón de ancianos, y cuando eso pase, estaremos en torno al 70% de la población en esas edades. Por eso digo que los cambios han sido dramáticos en todo este tiempo. Por eso Madrid ha sido una referencia.

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