Un viaje sin retorno hasta el corazón de Las Médulas
El viaje en caravana desde Baviera a la comarca del Bierzo en mayo del 2006 del matrimonio Schneider no contaba en su hoja de ruta con el desenlace de ayer
«Si no es por los perros, esa mujer no aparece nunca» JUVENCIO RODRÍGUEZ, cazador que primero vio los restos del cadáver de Edda Schneider Nada hacía presagiar que sus vacaciones -y sus vidas- se verían truncadas, cuando el matrimonio Schneider -formado por Edda y Burkard- decidió subirse a su caravana y disfrutar de unas vacaciones en la comarca del Bierzo. De eso, hace ya un año y medio; tiempo de búsquedas y más búsquedas, que concluyeron ayer con la aparición de los restos mortales de la turista alemana. 2006: Lunes, 29 de mayo Desaparición de Edda Pasaban unos minutos de las siete de la tarde, cuando Edda y Burkard Schneider llegaban a las inmediaciones del lago Sumido. Su marido le dijo que esperase sentada en un cruce de caminos, porque iba a pocos metros más allá a hacer unas fotos del lugar. Cuando regresó, su esposa había desaparecido. Decidió entonces buscarla por su cuenta hasta las once de la noche, pero finalmente optó por dar cuenta de los sucedido a la Guardia Civil. Martes, 30 de mayo La búsqueda Durante los siguientes días, la Guardia Civil peinó la zona desde el aire con el helicóptero, en el lago con lancha y también con las motos de montaña del Seprona por todos los caminos próximos al pueblo de Médulas; incluso se inspeccionó el pueblo abandonado de La Balouta, a tres kilómetros del lago Sumido. Los vecinos del pueblo también se sumaron al despliegue operativo de búsqueda. Incluso, ese mismo día se dio aviso de que había una mujer que podía ser alemana que estaba esperando el autobús en Carucedo. Sin embargo, tras las comprobaciones, no era ella. Jueves, 1 de junio Llega Uwe, uno de sus hijos Continúa el dispositivo de búsqueda, al que se suma uno de los hijos de la pareja alemana, Uwe, que viaja desde Suiza, donde trabaja, a Las Médula para apoyar a su padre y encontrar a su madre Edda. Mientras, los vecinos y la Guardia Civil volvieron a salir al monte, ampliando el radio de acción, en busca de la turista alemana. Martes, 6 de junio Pesimismo de la familia Han pasado nueve días desde que Edda desapareciese. Desde entonces, la caravana en la que el matrimonio pasaba unos días de vacaciones en la comarca del Bierzo se ha convertido en el centro de operaciones de búsqueda y en el punto de encuentro de los vecinos de toda la zona del paraje romano para ayudar. Sin noticias hasta el momento, su marido e hijo mantienen contacto con el resto de sus familiares en Alemania a través del móvil. Pero las obligaciones del trabajo reclaman a su hijo a Uwe, que regresa a Suiza. «No sabemos muy bien qué hacer, porque tampoco podemos buscar eternamente», explicaba Uwe. Lunes, 7 de agosto Dos meses de misterio Ni una pista por la que tirar del hilo, ni un objeto, ni una huella. Nada de nada. Hoy se cumplen dos meses de la desaparición de Edda, y su marido ha regresado a Alemania. Mientras la Guardia Civil patrulla la zona, pero con menor intensidad, sin poder arrojar luz sobre la desaparición. El único testigo es un pastor, que en ese momento estaba bañándose con su perro en el lago Sumido, que aseguraba ver llegar al matrimonio al lugar. 2007: Junio Un año sin pistas El paso del tiempo, y precisamente la falta de pistas, han desatado mucha especulaciones sobre lo que le sucedió a la turista alemana; para los investigadores, en ese momento, el caso de Edda pasó a engrosar la larga lista de desaparecidos. Coincidiendo con el primer aniversario, su marido viajó a Las Médulas para depositar flores sobre la piedra donde, según dijo, dejó sentada a su esposa.