Ministro de Cultura
«Sigo en la cultura, no me voy a convertir en un político profesional»
El ministro presidirá el miércoles el 2º Congreso Internacional de Literatura Leonesa Actual, organizado por Diario de León, que girará entorno a la obra de Gamoneda
El ministro de Cultura, César Antonio Molina (La Coruña, 1952), va a encabezar la lista del PSOE por La Coruña, pero puntualiza que eso no supone que vaya a convertirse en un político profesional. -¿Cómo se gestó su incorporación a la candidatura socialista por La Coruña? -En septiembre tuve una reunión con José Blanco, una persona a la que conozco desde hace mucho tiempo y a la que tengo un gran respeto y una gran estima, y me habló de esa posibilidad. Yo le dije que si el presidente y él pensaban que era la persona apropiada y que podía ayudar a ganar las elecciones, que contara conmigo. En este tiempo he ido comprobando que a los socialistas gallegos les agradaba la idea y eso me ha animado todavía más. Lo que queda es la confirmación del partido. -¿Supone esto su salto a la política profesional? -Yo les dije que no soy un político profesional, que soy un profesor, un escritor, un gestor y que voy a seguir siendo el mismo. No voy a variar a mi edad, y con toda mi trayectoria, mi manera de ser, de comportarme, de ser una persona de conciliación, de diálogo y de consensos lo más amplios posibles. Acepté, pero seguiré siendo el mismo. No me han pedido otra cosa. Yo he llegado a la política a través de la cultura y sigo en la cultura. No me voy a convertir en un político profesional. -¿Puede un intelectual ser un buen político? -España es un país en el que se cree que una persona sólo puede hacer una cosa bien. Basta recordar a Víctor Hugo, que fue senador, o a Ortega, que fue diputado, para darse cuenta de que no es así, y no es que yo me compare con ellos, ni mucho menos. Creo que una persona puede hacer varias cosas bien. -¿Se va a sentir a gusto dando mítines? -En los mítines cada uno debe expresarse como es y a mí nadie me va a pedir lo que no soy, ya que todos me conocen y saben lo mucho que siempre he trabajado por Galicia y mi provincia. Adaptaré a las circunstancias mi experiencia como profesor y hombre de ideas y de entusiasmo. No voy a ser un azuzador de masas. -¿Por qué se ha sumado al proyecto de Zapatero? -Zapatero expresa lo mejor del socialismo moderno; encarna y es la continuidad de todos los ideales por los que nos batimos desde el final del franquismo, como hice yo en mis tiempos de la Universidad de Santiago. -Se critica al presidente su inconsistencia intelectual. -Es un gravísimo error, ya me gustaría a mí que algunos líderes que dicen eso hubieran leído el 1% de lo que ha leído el presidente. Zapatero ha leído y lee mucho, lo que pasa es que no tiene la necesidad de manifestarlo como otros muchos que lo han hecho de manera superficial. Sus ideales están basados en lecturas y no en la intuición, y muchos de los pensadores que lo han marcado, como María Zambrano, han sido también los que han regido mi propia vida. -¿Qué piensa de su rival, Mariano Rajoy? -Lo estimo mucho, pero creo que en estos años no ha sido la persona irónica, con un gran sentido del humor y respetuosa con las ideas de los demás que conocíamos. Ha estado atrapado por los restos de la etapa anterior y no ha sido lo que todos pensábamos que iba a ser, un político de centro y más transigente. Le han hecho hacer un papel que no es el suyo. La oposición ha sido muy injusta estos cuatro años. -¿Por qué tienen que venir premios Nobel y eminencias extranjeras para confeccionar el programa del PSOE? -¿A un equipo de fútbol se le critica por contratar jugadores extranjeros? A nadie le extraña. En el mundo globalizado de hoy hay que contar con los mejores, y eso no quiere decir que en España no haya personalidades importantes, ni mucho menos. -Como hombre de la cultura no le puede gustar la campaña de la z de Zapatero. ¿O sí? -Yo creo que la excepción confirma la regla y todos saben qué quiere decir esa z y por qué se pone. Esas excepciones también las hacen los escritores, como Juan Ramón Jiménez, que tenía su batalla con la g y la j. Zapatero ha hecho algo importantísimo, que ha sido poner en Internet la ñ y eso sí que se debería valorar porque va a quedar para la eternidad. Era algo complicadísimo y lo ha conseguido en tres años, cuando no se había hecho en ocho. -¿Le gustaría repetir como ministro de Cultura? -Es una decisión que no es mía, sino del presidente. Yo tengo aún muchas cosas que hacer en la vida. Y mi vida no está anclada en ser ministro. Pero por mí no hay problema en repetir, sería un gran honor. -¿Se sentiría frustrado si solo fuera ministro ocho meses? -No, mi única preocupación era hacer en ocho meses lo de cuatro años, pero en cuatro meses hemos hecho ya una labor ingente. Demostrar que se podía hacer. Lo único que me preocupa es hacer las cosas bien donde estoy, rápidamente y que se note.