Diario de León

Junto a Mariana Cores y Sacha Crisa al chelo, Cuco Pérez al acordeón y Luis Delgado, percusión

Amancio Prada y Juan Carlos Mestre convirtieron en gloria la poesía leonesa

Pusieron melodía y ritmo a versos de Gamoneda, Pereira, Crémer, Colinas y López Álvarez

El público que llenaba el Auditorio aplaudió con entusiasmo a Amancio Prada y Juan Carlos Mestre

El público que llenaba el Auditorio aplaudió con entusiasmo a Amancio Prada y Juan Carlos Mestre

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Miguel Ángel Nepomuceno - león
León

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Pocas veces los leoneses han estado tan bien representados como con los versos de sus poetas, mecidos por la siempre cálida voz de Amancio Prada, poeta al fin y al cabo entre ellos. Patrocinado por Diario de León y apoyándose en la figura de nuestro premio Cervantes Antonio Gamoneda, se han dado cita durante tres días en la capital expertos y estudioso internacionales que han analizado el importante momento por el que pasa la lírica leonesa. Y una vez más se ha contado con la figura del poeta y cantor berciano Amancio Prada, arropado en esta ocasión por las imprescindibles violonchelistas Mariana Cores y Sacha Crisa, el gran acordeonista Cuco Pérez y el versátil Luis Delgado en la percusión y cuerdas. Junto a ellos, la poderosa y profunda voz de Juan Carlos Mestre, el poeta villafranquino que aportó a este magno acontecimiento el esplendor de su verso y la calidez de su voz de ébano. Presencias importantes como la del ministro del Defensa y leonés de pro José Antonio Alonso, que siguió con el máximo interés e incluso con emoción las canciones que el cantautor de Dehesas iba desgranando a golpe de guitarra ante un Auditorio a rebosar, en el que el silencio se enseñoreaba de todo, para poder atrapar sin perderse ni ripio, las notas y su voz, que anoche se oyó más estremecedora que nunca, jaleada por el calor y el cariño de sus paisanos leoneses. La poesía de Gamoneda no es fácil, y ponerle música requiere dominio del verso y sobre todo dominio de la técnica musical para tejer y destejer armonías ocultas. Acordeón y guitarra, voz y chelos, cuerdas y percusión, en un recorrido por nuestros autores más señeros, por las canciones de siempre y por todos los estratos del lirismo más depurado. Amancio Prada y Juan Carlos Mestre fundieron su voces en un continuo crescendo hacia la excelencia. Los chelos desgarrados de  Sacha Crisan y Mariana Cores, el doliente acordeón del siempre admirado Cuco Pérez, inspirado, evocador y mágico, transformaron los poemas en un auténtico libro de horas. Difícilmente se podrá conseguir mejor conjunción de melodía, poesía y arte. Fue con los resplandecientes versos de nuestros poetas con los que la voz y la melodía del músico-poeta se encontró más identificada, más realizada, ya que, espontáneamente, como sin esfuerzo alguno, brotaron de su alma esos latigazos de amor haciendo que  voz y guitarra confluyeran en latido de vida y en el lamento musical del instrumento. Sólo para degustadores La exaltación de nuestros poetas en un acontecimiento tan cálido y espontáneo concitó en el Auditorio a rostros conocidos del mundo de la música, la cultura, la política y en especial del periodismo, que se entremezclaban con los de sus fieles seguidores, otorgando a la sala sinfónica del edificio de Eras un aspecto entre congreso literario y concierto entre amigos. También es verdad que pocos artistas como Amancio convocan a su alrededor tanta expectación como sucede con él. Conoce muy bien los resortes del alma y hace partícipe de ese juego de complicidades a quien le escucha, bien cabalgando a lomos de la añoranza como del recuerdo, de la música o del decir del verso. Y con esa jovialidad que emana irremisiblemente de su persona y la cristalina trasparencia de su voz, recreó anoche todos los registros posibles que un cantor puede ofrecer a un auditorio entregado, sensible y culto. «Los poetas leoneses y yo mismo deberíamos vivir tantos años como Victoriano Crémer para que pudiera seguir poniendo música a sus poemas» «La primera voz que oí en mi vida fue la de mi madre, en realidad fue ella quien me enseñó a cantar, a mí y a todos mis hermanos» «Dedico 'La jaula en el pecho' a mi padre, es la canción que brotó en mí cuando él salía a despedirme a la estación de Ponferrada cuando yo marchaba a estudiar lejos» «Este concierto también está dedicado a mi hermano del alma Juan Carlos Mestre, que siempre ha compartido conmigo poesía y música» «Yo aprendía a leer con los versos de mi paisano Antonio Pereira» AMANCIO PRADA

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