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El PP quiere «vacunar» la Constitución para protegerla de los nacionalismos

Zaplana, Acebes, Soraya Sáenz de Santamaría y Pío García Escudero

Publicado por
Magis Iglesias - madrid
León

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«Reformar la Constitución para defenderla», así justifica el PP su deseo de acometer cambios en la Carta Magna, en contra de lo que defendió en las últimas legislaturas cuando se negó en rotundo a abrir el melón constitucional. Los líderes populares revisan a partir de este viernes el texto del 78, en un debate a puerta cerrada, para incorporar mecanismos que exijan el consenso en cualquier asunto que afecte al modelo territorial, blindar las competencias del Estado y cerrar el sistema, además de preservar el papel del Tribunal Constitucional como garante del modelo. Mariano Rajoy da un giro radical a la política que decretó su predecesor al frente del PP, José María Aznar, cuando cerró la puerta al mínimo cambio en la Constitución por temor a que el proceso pudiera ser aprovechado por los nacionalistas para cuestionar el diseño autonómico. Los populares alegan ahora que el melón ya se ha abierto, a raíz del proceso que alumbró el Estatuto de Cataluña, y culpan a José Luis Rodríguez Zapatero de poner así en peligro la continuidad de la Carta Magna y haber provocado una «mutación constitucional». Con este discurso inauguró la cúpula del PP la Conferencia convocada para delimitar la propuesta que incluirá en su programa electoral. «Queremos vacunar nuestro sistema constitucional contra quienes pretenden poner en jaque la convivencia e incluso la propia idea de nación, por sectarismo, irresponsabilidad o cálculo político», declaró el secretario general, Ángel Acebes. El portavoz parlamentario en el Congreso, Eduardo Zaplana, señaló directamente a Rodríguez Zapatero y parafraseó la famosa máxima de José Calvo Sotelo en el año 1936 - «antes roja que rota»- para asegurar que, por el contrario, al líder del PSOE «le da igual una España rota antes de una España en la que gobierne el PP». Su homólogo en el Senado, Pío García-Escudero, reprochó al líder socialista su concepto de nación, que considera «discutido y discutible»; que haya «mezclado» la tregua de ETA con el derecho a decidir de los vascos, al incluir una referencia en el anuncio de apertura del diálogo con la banda terrorista, y el apoyo al Estatut. En su opinión, el jefe del Gobierno «será recordado como el que ha sido capaz de adulterar el desarrollo autonómico» y el PP, como el que alertó «del riesgo que puede suponer un gobernante bajo el síndrome del adanismo». Todos insistieron en culpar a Rodríguez Zapatero de «la ruptura de los consensos» que sustentan el marco constitucional por «cesiones» al nacionalismo radical.