Canónigo económico de la Catedral de Léon
«He visto hacer muchas filigranas en la Catedral»
«Sólo la Catedral necesitaría el presupuesto de veinte años de las obras que se hacen en toda la provincia»
Mario González es canónigo ecónomo de la Catedral, encargado de todo lo que se refiere a gastos de mantenimiento del inmueble, que en el argot de los cargos eclesiásticos se conoce de forma más clásica y antigua como «el fabriquero» o responsable de que tamaña obra de fábrica no se venga abajo después de un millar de años. Dice que le sobra trabajo, tanto o más que, si en vez sostenerla en pie, tuviera que construirla. -¿Es más difícil encontrar dinero o maestros restauradores? -Las dos cosas. Tanto el presupuesto como los albañiles hay que buscarlos donde se puede. La Junta o Caja España están al lado, pero, en cuanto a técnicos, se ve que faltan oficios como canteros o herreros para las verjas exteriores o, por lo menos, que escasean porque se están jubilando y no surgen nuevos porque se demandan poco en la nueva contrucción. Ahora estamos trabajando con Esoca, una empresa que tiene aun muy buenos profesionales. -¿Cual es la filigrana de restauración que más le ha llamado la atención o sorprendido? -Muchas, sobretodo en los arcos de piedra y en los ventanales de las vidrieras. Es un espectáculo ver trabajar a esa gente con una delicadeza que asombra en estos tiempos. -¿A razón de diez millones de euros al año, que es lo que se gastan las administraciones en la provincia, para cuántos años tiene tajo la Catedral? -Yo creo que puede ser algo más de dinero como media, aunque oscila mucho dependiendo de los convenios entre las instituciones públicas. ¿Sólo para la Catedral? Diez millones de euros al año no me llegarían para restaurar las vidrieras antes del 2012 y necesitaría otros tantos para obras en la piedra, eso por lo bajo y luego a reparar otra vez lo que se siga deteriorando. -¿Siguen buscando fuera restauradores para la piedra caliza de Boñar? ¿Tiene remedio? -Hace años hasta se intentó salvar algunas esculturas con baños de resina. Se han hecho muchos análisis y pruebas, pero el problema es la propia composición de la piedra, la erosión del tiempo, los cambios bruscos de temperatura con el clima de León y hasta no hace mucho las propias vibraciones del tráfico. Menos mal que esto es ahora zona peatonal. ¿Más estudios? Hay una tesis de la Universidad de Oviedo y estudios de técnicos alemanes que vinieron aquí de la mano de Luis García Zurdo, pero la piedra caliza no tiene remedio.