| Crónica | Recuerdo trágico |
Ecuador llora a Palate y Estacio
La comunidad ecuatoriana honra en el Museo de América a los dos jóvenes que fallecieron en el atentado de ETA en el aparcamiento de la T-4 en el primer aniversario de su muerte
Miembros de la comunidad ecuatoriana en España honraron ayer en Madrid a sus compatriotas Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, quienes fueron asesinados hace un año por ETA en el aparcamiento de la Terminal 4 de Barajas, en el atentado con coche-bomba con el que la banda criminal rompió de hecho su alto el fuego. Varios colectivos ecuatorianos asistieron a unas honras fúnebres en el Museo de América, el mismo escenario en el que tres días antes, el 27 de diciembre, las mismas organizaciones les homenajearon y recordaron con la celebración de un concierto de piano y guitarra al que, entre otras personalidades, asistió el cónsul general de Ecuador en España, Gustavo Mateus. Los familiares directos de Palate y Estacio prefirieron recordaron a sus allegados en la intimidad, tanto los que viven en Ecuador como los todavía residen en España. El Gobierno y las instituciones, ante la postura de la familia, también optaron por no realizar actos oficiales de recuerdo a las víctimas. Estos dos ecuatorianos fueron las únicas víctimas del atentado que el 30 de diciembre de 2006, sobre las nueve de la mañana, hizo volar por los aires los seis pisos del módulo D del aparcamiento de la nueva terminal del aeropuerto madrileño y sepultó bajo varios miles de toneladas de escombros centenares de vehículos. Sendos monolitos con una placa grabada de metal recuerdan el lugar en el que los ecuatorianos fueron asesinados cuando descansaban en el interior de sus vehículos. Dos monolitos de recuerdo En el caso de Palate, la columna seccionada que le recuerda está en la plaza 403 de la planta baja. El monolito de Estacio está en la primera planta del módulo D, en la plaza 614. Después de tres años y medio sin asesinar, ETA conmocionó el penúltimo día del año a todo el país con un potente artefacto -decenas de kilos de amonal o amoral reforzado con un explosivo militar rompedor (exógeno)- y terminó con toda esperanza posible en un proceso de diálogo que la banda terrorista no dio oficialmente por roto hasta seis meses después. Los autores materiales aún no están identificados con seguridad. Lo que sí se sabe ya es que la bomba fue confeccionada y montada por Luis Ignacio Iruretagoiena en Francia, país en el que fue detenido junto a sus colaboradores más directos hace unas semanas, concretamente en el mes de septiembre.