Diario de León

Los promotores inmobiliarios se cambian las deudas entre ellos

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Los compradores de viviendas, especialmente los últimos, tienen problemas para compaginar los tipos de interés de las hipotecas con la economía particular, aunque no así los constructores, o, por lo menos, de momento. De los embargos y subastas de bienes inmuebles registrados en lo que va de año en la provincia de León no se sabe de ninguno que corresponda a un constructor o promotor por bloques, mientras que el ciento por ciento corresponden a compradores hipotecados. El actual parón del sector no parece haber afectado a los empresarios, que, como mucho, se limitan a dejar salida al mercado promociones anteriores sin meterse en más líos. Según los bancos, esta diferencia de morosidad entre compradores y vendedores no es de extrañar, porque, si los primeros se pasan en la promoción de un negocio, nunca faltará un segundo colega que se haga cargo de él con menor beneficio y es una cuestión de traspasos y de marketing. Más complicado, en cambio, lo tienen los pequeños compradores, para los que una pequeña subida del euribor puede suponer la quiebra de la cuenta corriente familiar. Según los bancos, prácticamente ninguna empresa de construcción, grande, mediana o pequeña, se ha pillado los dedos hasta ahora en el negocio hasta el punto de llegar al embargo o la ruina del empresario. Puede que algunos lo estén pasando mal, pero desde hace al menos cuatro años es raro el que se arriesga y no diversifica los negocios hacia otras actividades después de hacer un dinero relativamente fácil. El presidente del Centro Empresarial Leonés, Domingo Fuertes, dice, por ejemplo, a la cara que no hay por qué negarlo. «En construcción se lleva siete años ahuchando y el que más y el que menos tiene reservas para resistir la crisis, así que no creo que haya siquiera necesidad de traspasar el negocio por deudas, sino que más bien diría lo contrario: hay gente con la parcela dispuesta a contruir otra vez cuando vuelvan tiempos mejores».

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