Diario de León

Los agentes sociales piden calma para no disparar aún más la alarma

En el sistema financiero español todo el mundo se muestra prudente a la hora de valorar el problema de la morosidad, con un ojo puesto en la inflación, que éste año es ya del 4,1%

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A. Núñez - león
León

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Lo mismo que hace medio año se decía que la burbuja inmobiliaria afectaba únicamente a las constructoras, con una parada transitoria en su actividad, ahora nadie quiere reconocer que el problema es de los bancos, al menos en España. En la UE y Estados Unidos ya lo han hecho, por si acaso, inyectando cantidades astronómicas de dinero al sistema monetario para darle liquidez, lo cual genera más inflación, que es el impuesto de los pobres, deudas en la cuenta corriente, etcétera. En España los agentes sociales piden calma para no disparar aún más las alarmas y, así, desde los sindicatos y el Gobierno se prometen pisos sociales a bajo precio en tanto que las patronales aseguran disponer de reservas suficientes para hacer frente a una eventual y momentanea crisis, aunque no saben cuánto pueda durar. Según algunos, como el presidente del sector de Construcción de la Fele, Javier Vega, la empresas son suficientemente solventes para mantenerse con sus propios recursos, lo que explica que ninguna se haya pillado los dedos con problemas de embargos frente a entidades bancarias», así que lo prudente es pedir tranquilidad. Los tipos de interés han subido, pero poco más de un punto en el último año, nada comparable con los que regían una década atrás, y los constructores se limitan ahora a ralentizar sus negocios o diversificarlos en otros sectores a la espera de mejores tiempos. Los hay que acumulan, según ellos mismos, patrimonios sin precedentes que les permiten a esperas sin límite. Muchos, incluso, han comprado suelo urbanizable a precios que nadie declararía a Hacienda con vistas a edificarlo cuando pase la crisis y las cosas vengan mejor dadas. Mientras tanto, nadie se alarma y, menos aún, quiere crearla. Para algunos, como Javier Vega, la actual morosidad en los bancos no ha pillado por sorpresa a casi ningún constructor o promotor, salvo a algún pardillo muy pequeño, «porque no viene de la vivienda, sino de otras cosas, como la cesta de la compra, la leche o los huevos, por decirlo en lenguaje llano». Todo el mundo reclama prudencia... salvo que la crisis dure mucho. Para después de las elecciones. Para las empresas hay margen más que suficiente para resistir una recesión o estancamiento más o menos coyuntural Con los beneficios de años atrás muchas han acumulado suelo edificable a la espera de mejores tiempos

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