Mercedes García quiere descansar unos días antes de ser homenajeada en Cuadros

El alcalde de Cuadros, el popular Marcos Martínez, fue una de las escasas personas ajenas a la familia, al Gobierno y a la oenegé Médicos sin Fronteras que estuvo anoche a pie de avión en la base militar de Torrejón de Ardoz para recibir a Mercedes García en nombre de todo el pueblo de Cuadros. El alcalde comunicó a la cooperante el deseo de todos sus convecinos de recibirla para mostrarle el reconocimiento colectivo y Mercedes García le pidió que esperara un poco. «Me dijo que quiere descansar unos días antes de ir al pueblo para recibir este homenaje. Le dí mi teléfono y le dije que se pusiera en contacto conmigo en cuanto estuviera disponible». Además, Marcos Martínez señaló que durante el corto tiempo en que pudo hablar con la cooperante «le transmití un abrazo de todos y le comuniqué personalmente que a lo largo de la última semana todo el pueblo había estado pendiente de ella». La médica leonesa, que cumplía su tercera misión con Médicos sin Fronteras en África, manifestó al primer edil de Cuadros su agradecimiento por las muestras de afecto recibidas a través del alcalde, quien fue una de las primeras personas en hablar por teléfono con ella sólo cinco horas después de su liberación el día 2 de enero en Bossaso. Por otro lado, la Diputación de León -la presidenta, Isabel Carrasco, es concejala y natural del municipio de Cuadros- emitió ayer un comunicado en el que muestra la alegría de la institución provincial por la liberación y llegada a casa de Mercedes García y de su compañera, la enfermera argentina Pilar Bauzá. Las dos sanitarias fueron secuestradas la mañana del 26 de diciembre en un paraje cercano a Bossaso, la capital de Puntlandia (región que se proclamó independiente de Somalia) cuando se dirigían a cumplir su tarea como trabajadoras en un programa nutricional puesto en marcha en mayo de 2007 por Médicos Sin Fronteras. Desde esta iniciativa humanitaria Médicos sin Fronteras atiende a una población infantil de más de siete mil niños y niñas. Somalia vive sumida en un complejo conflicto desde que hace dieciséis años estalló una guerra civil. Esta situación apenas trasciende al resto del mundo y que «por desgracia se ha dado a conocer con este secuestro», señala MSF.