Buscan a dos miembros de la banda que ocultaban el material en un depósito secreto en Huesca
La Guardia Civil halla dos zulos de ETA,uno con 125 kilos de explosivo
La Benemérita encuadra a los detenidos en el área de la logística militar del grupo terrorista
La Guardia Civil localizó ayer en Lesaka (Navarra) un segundo zulo de ETA, con cuatro bidones de plástico sellados en su interior y con capacidad para contener hasta un máximo de 400 kilos de sustancias explosivas y de material para la confección de bombas. Los primeros indicios apuntan que en los bidones no habría más de cien kilos de explosivos. El depósito de armas, cuyo contenido exacto se desconocía al cierre de esta edición, está enterrado en el solar en el que la familia de Martín Sarasola, uno de los dos etarras detenidos el domingo pasado en Mondragón, vecino de esta población navarra, adquirió para construirse una casa, según indicaron fuentes antiterroristas. La Guardia Civil mantuvo durante horas acordonado el terreno a la espera de la comisión judicial, de los desactivadores y la policía científica. El solar está ubicado a unos 50 metros del casco urbano de Lesaka, en el barrio de Otsango. El hallazgo se produjo durante la mañana de ayer, al mismo tiempo que los agentes de la Benemérita vaciaban en un pinar de Sabiñánigo (Huesca) el otro zulo interceptado a la banda, con casi 126 kilos de sustancias explosivas en su interior, y al que llegaron el lunes por la tarde gracias al croquis que tenían en su poder Sarasola y su compañero de comando Igor Portu en el momento de su detención. El zulo de Sabiñánigo estaba oculto en un pinar junto a una pista forestal ubicada en el valle de Guarguera, un paraje muy próximo a la frontera entre Huesca y Francia. Se trata de una zona rural llena de pueblos abandonados, pero bien comunicada, que asegura discreción y facilidad de acceso a los terroristas. Paquetes a medida El agujero en la tierra, de un metro cuadrado más o menos, guardaba tres bidones sellados con 125 kilos de sustancias para fabricar amonal -nitrato más polvo de aluminio-, 83 gramos de pentrita -un potente explosivo militar- para reforzar la explosión, y con cinco temporizadores, doce detonadores y nueve rollos con 17,5 metros de cordón detonante para confeccionar los artefactos explosivos. Los componentes explosivos, que podían tener unos dos años de antigüedad, estaban separados y envasados en paquetes de plástico con el anagrama de ETA. No obstante, había las mismas bolsas (63) de nitrato que de polvo de aluminio. Cada una contenía la dosis necesaria por kilogramo de explosivo, para facilitar la mezcla final al comando terrorista. Todo el material requisado en Sabiñánigo se expuso ayer en el cuartel donostiarra de Intxaurrondo junto a las dos pistolas requisadas a los terroristas en el momento de su detención -pertenecientes al lote robado en Francia durante la tregua- y a las 50 balas que llevaban. La Guardia Civil mantiene abierta la operación contra este grupo, a quienes considera miembros «legales» del aparato militar de ETA, que tienen como misión suministrar los explosivos y material para la confección de bombas a los comandos de la banda terrorista ya asentados en el País Vasco y Navarra. Los agentes antiterroristas de la Benemérita creen que el grupo de Portu y Sarasola, del que al menos formarían parte otras dos personas a las que buscan en la actualidad, estaría integrado en el área de la logística militar de la banda.