| Crónica | Las nuevas alcaldesas |
Las mujeres mandan más en los pueblos
El mundo rural, con Villablino a la cabeza, es el espacio de poder de las leonesas con bastón de mando en 28 municipios
Los pueblos tienen menos concejalas, pero las veintisiete alcaldesas con que cuenta la provincia ejercen con su bastón de mando en 28 ayuntamientos de menos de 15.000 habitantes. Villablino es, de hecho, el municipio de más rango entre los que están gobernados por mujeres. Ana Luisa Durán, del PSOE, ha tomado el relevo -ya lo hizo temporalmente en el anterior mandato- en un municipio donde el poder masculino estaba muy marcado por el trabajo de la mina y el sindicalismo. Su reto es superar la crisis y el pesimismo que se ha instalado en el valle con la reconversión minera. Las demás alcaldías ocupadas por mujeres se localizan en municipios de menos de 3.000 habitantes. Despoblación, servicios de atención a la dependencia y remate de infraestructuras básicas (algunas se quejan de que aún tienen calles que asfaltar) son sus principales aspiraciones. Leonisa de Lucas es la única alcaldesa de la UPL en la provincia. Y está al frente de uno de los municipios más pequeños de la provincia, Villamartín de Don Sancho, que cuenta con menos de 150 habitantes. No se resigna a que el pueblo se muera -«antes había cura, médico y dos tiendas»- y ahora que ha renunciado a la tranquila vida de jubilada que esperaba se propone como proyecto bandera «promocionar el monte» de robles milenarios para el senderismo y usos recreativos. Benavides de Órbigo, donde gobierna la popular por tercer mandato consecutivo Ana Rosa Sopeña, roza los tres mil habitantes, y en Mansilla de las Mulas, con cerca de dos mil, tiene el bastón de mando por segunda vez otra alcaldesa del PP, María Paz Díaz. Puente de Domingo Flórez es el cuarto municipio, por tamaño de población, gobernado por una mujer, la socialista Raquel Velasco, que acaba de entrar en la lista de alcaldesas tras una moción de censura. La mayoría de las alcaldesas, 17 de las 28, han llegado por primera vez a la alcaldía aunque la mayoría de ellas ya tenían experiencia en la vida política municipal como concejalas. No es el caso de Carmen Mallo o Ana Isabel Ferreras, del PSOE, que han entrado por la puerta grande en su municipio y también han logrado ser diputadas provinciales en su primera experiencia como munícipes. Hay quienes como la popular Aránzazu Lozano, de Santas Martas, confiesan que fueron «arrastradas» para ser candidatas por el vecindario. Aránzazu Lozano es secretaria de la cooperativa de cereales San Antonio y su máxima aspiración es «poder aprovechar todas las infraestructuras de comunicación que cruzan nuestro municipio y no quedarnos como una isla a 25 kilómetros de León». La socialista Gregoria Manjón gobierna en coalición con los independientes en Urdiales del Páramo. Es de las «nuevas, nuevas», pero ya ha conseguido ser recibida por la presidenta de la Diputación para explicarle sus prioridades: «Una escuela de educación de adultos, un podólogo y aplicar de una vez por todas la ley de la dependencia». «Cuando pasan las elecciones se olvidan del mundo rural y yo quiero que la gente se quede en el pueblo», añade. Para fijar población en el municipio ve «imprescindible» contar con una oferta de vivienda asequible -«le pedía a Silván que nos conceda viviendas de protección oficial»- y servicios que mejoren la calidad de vida de las mujeres, las personas mayores y la población infantil, «porque sin niños y sin escuela no hay pueblos». «Si no nos facilitan nada, la gente se jubila y se compra pisos en Santa María del Páramo o en León porque quieren tener cerca los servicios», concluye esta alcaldesa recién estrenada en el Páramo.