Más de 700 extranjeros reagruparon en León a sus familias en un año moderado

La reagrupación familiar se ha convertido en una de las principales vías de regularización de extranjeros en León. Durante el 2007, más de 1.100 residentes con papeles solicitaron a la Subdelegación del Gobierno reunir en la provincia a sus hijos, cónyuges o ascendientes, aunque finalmente lo consiguieron 700. En la práctica, han elegido el camino más complejo para conseguir papeles para los suyos; complicado por la dificultad que presenta recopilar todos los documentos que se exigen, otras veces por problemas económicos o simplemente porque no disponen de organismos del Estado donde realizar los trámites. Estos obstáculos retrasan el proceso a veces varios años, hasta el punto de que la autorización del nuevo residente puede estar a punto de finalizar cuando llega a reagruparse. El derecho a vivir en familia, reclamado este año por uno de cada 20 extranjeros que residen en León, está contemplado como tal en la ley de extranjería para todos los inmigrantes con residencia legal en España que hayan renovado su permiso al menos una vez -por lo tanto pueden hacerlo a partir del primer año de estar regularizados, plazo que dura el primer permiso de residencia- y que dispongan de alojamiento y medios económicos suficientes para sí mismos y para su familia. ¿Criterios arbitrarios? Y aquí está el caballo de batalla con la Administración. La ley no fija cantidad alguna para establecer lo que es «suficiente» para mantener una familia, por lo que este criterio lo impone cada Subdelegación. En la de León aseguran que son justamente benevolentes con la tramitación del arraigo familiar y que, ante la mínima duda, el beneficio siempre es para el solicitante. Por el contrario, sindicatos como UGT sostienen que los criterios «rozan la arbitrariedad con el objetivo de impedir la entrada de extranjeros», según denuncia el responsable del centro guía para inmigrantes de este sindicato, Miguel Ángel Cueto. Ocupaciones de díficil cobertura Pone como ejemplo de esta política los empleos que el Inem deja disponibles para los extranjeros en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, que son aquellas que no se someten a la criba previa del Inem. Según los datos del propio servicio público de empleo estatal, para León se han reservado un total de 20 actividades laborales, tales como bailarines de salas de fiesta, terapeutas ocupacionales, entrenadores deportivos o lavacoches a mano, además de ofertas tan especializadas como techador en pizarra, albañil caravistero o montador de aparatos de elevación. «Si no quieren que entren a trabajar extranjeros, que prohíban durante un año las ofertas de empleo, como hizo el PP en el 2003, pero que no denieguen los permisos por denegarlos», asevera Cueto. 800 euros, un papel Otro de los criterios que en opinión de UGT restringe las posibilidades de los extranjeros es el elevado coste económico del sellado del pasaporte, requisito imprescindible para acceder a una oferta de empleo. La ley exige que los inmigrantes presenten, entre otra documentación, una copia del pasaporte con el sello de los consulados españoles en los respectivos países. Como ejemplo, Marruecos cobra 20 euros por cada hoja acuñada. Teniendo en cuenta que se les obliga a sellar todas las hojas del pasaporte para comprobar que no han entrado nunca en España -de ser así su solicitud sería descartada-, este simple documento les puede costar entre 800 y 900 euros. «Con ese coste por un solo papel, no es extraño que se planteen venir en patera o en los bajos de un camión». PARTICIPACIÓN DE LA POBLACIÓN EXTRANJERA EN LA SOCIEDAD LEONESA Extranjeros en León (30/09/2007) Porcentaje sobre la población total Universitarios Afiliados a la Seguridad Social (10/10/2007) Parados Nacimientos Matrimonios Defunciones