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FRAN RODRÍGUEZ | ECONOMISTA DE MSF

«No tenía miedo de venir a Darfur tras lo ocurrido a Mercedes, pero mi familiasí»

El cooperante ponferradino trabajará durante unos meses en mejorar el programa de control de finanzas de MSF en Darfur

León

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El ponferradino Fran Rodríguez (1966) eligió el trabajo en Médicos sin Fronteras porque «quería dedicarme a algo que supusiese un valor añadido para mí, una vocación al fin y al cabo». Durante los últimos once años ha trabajado para esta oenegé de ayuda humanitaria, especializada en el campo de la salud y conocida por sus programas en los países sumidos en los conflictos más olvidados. La mayor parte del tiempo ha estado en España, como delegado de la zona Noroeste, pero desde hace unas semanas se encuentra en Darfur, en el occidente de Sudán, el país más grande de África que está dominado por una dictadura islamista. Su salida se produjo poco después de que la médica leonesa Mercedes García y la enfermera Pilar Bauza fueran liberadas de su secuestro en Somalia. «Estábamos todos muy preocupados, máxime los que conocíamos y habíamos trabajado con Mercedes», reconoce. «Respecto a si me dio miedo mi salida después de lo ocurrido a Mercedes, pues no. Nuestras medidas de seguridad son estrictas y este es el primer incidente grave que recuerdo en once años en MSF». Fran Rodríguez añade con sentido del humor: «Yo no tenía miedo (recuerda el chiste del matemático en avión: siempre lleva una bomba desconectada en la maleta porque estadísticamente no hay dos bombas en un avión), pero mi familia sí». La misión que tiene encomendada para los próximos meses es «dar apoyo al coordinador financiero con objeto de instalar un nuevo programa de finanzas porque en MSF damos mucha importancia a la rendición de cuentas», precisa. Esta región africana está asolada desde el 2003 por una guerra civil que ha obligado a desplazarse a más de dos millones de personas. La presencia de la oenegé en Darfur no es bien recibida por el Gobierno. «Es muy difícil moverse por Sudán y Darfur, pero saben que están en el ojo de toda la atención y procuran disimular». Para protegerse MSF hace un seguimiento desde la capital, Jartúm, «de lo que ocurre en la zona, quién hace qué y movimientos políticos y militares. A la mínima noticia de empeoramiento se evacúa al personal», explica el leonés. Además los cooperantes tienen prohibido circular entre el anochecer y el amanecer, mantienen contactos por radio, siempre van acompañados por personal local y tienen casas seguras. «Todo, menos armas».