Diario de León

C.A.C.O. Y FAMILIA | COLOMBIANOS PERSEGUIDOS POR LA GUERRILLA Y PENDIENTES DEL ASILO EN LEÓN

«Me iré de España en ataúd, pero nodaré a la guerrilla el gusto de matarme»

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«Cuando ya no había nada más que llevarse de nuestra casa empezaron a pedirnos dinero y a amenazarnos» C. llegó a España el 5 de abril del 2007 con su esposa embarazada de cuatro meses, su madre, su hermano y la mujer de éste. Viajó desde la capital de Colombia, donde toda su familia vivió un auténtico infierno. «Todo comenzó hace siete años. Mi familia vivía en una finca en el entorno rural de Cali. Un día llegaron unos hombres armados y empezaron a llevarse alimentos, a lavar su ropa en nuestra casa y a robar nuestros cultivos. Eran pocos y ni siquiera sabíamos a qué grupo pertenecían», relata el joven. «Cuando ya no había nada que llevarse de nuestra casa -añade-, empezaron a pedirnos dinero que no teníamos. Las constantes amenazas nos obligaron a marcharnos de nuestra casa y a trasladarnos a la ciudad». Pasaron los años y rehicieron su vida en Cali. Pero el grupo armado por el que eran perseguidos les encontró. Volvieron las intimidaciones y las exigencias. «A la mujer de mi hermano la estrujaron y a la mía la tiraron al suelo sabiendo que estaba embarazada». Con el tiempo supieron que se trataba de los grupos de autodefensa, organizaciones de guerrilleros subversivos con la ley formadas por agrupaciones de unos 400-500 hombres que se distribuyen por zonas. «Roban a las familias y acosan a campesinos y empresarios para hacerse con dinero». La situación era ya insoportable y decidieron marcharse del país. «Pedimos dinero prestado para comprar los billetes de avión, pero no había suficiente para todos los pasajes y mi padre, como cabeza de familia, decidió quedarse allí hasta que le fuera posible huir. Desde luego, nosotros vinimos con la intención de reunirnos con él aquí en España». Al medio año de llegar, les concedieron la autorización de trabajo y ya todos tienen un empleo: la madre como empleada de la ayuda a domicilio, él como recadero... En cuanto llegaron a Barajas, como en todos los casos, solicitaron el estatus de asilo, aunque todavía está pendiente de resolución. No son optimistas y ya han sido advertidos que sin pruebas concluyentes no lograrán el asilo en León. «Lamentablemente no tenemos pruebas que demuestren la persecución hacia nuestra familia, no hemos traído un vídeo de los robos y las amenazas», afirma C. en tono irónico. Ni siquiera han aceptado como prueba el informe del propio gobierno colombiano declarando el área donde residía esta familia como zona en conflicto armado. Esta situación de indefinición provoca que el hijo de C., nacido en España hace cuatro meses, no tenga ni la nacionalidad colombiana ni la española hasta que se resuelva la solicitud de asilo. «Antes de volver agotaremos todas las opciones para no regresar a Colombia, incluso hemos pensado en quedarnos ilegalmente. De España sólo marcharé en un ataud, no de otra manera. No pienso dar el gusto a la guerrilla de que me maten ellos». C. asegura que cada día están muriendo entre diez y quince personas asesinados por estos grupos armados.

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