La Cabrera, comarca con un atractivo insólito

Situada en el extremo suroccidental de la provincia, al norte del Bierzo, al sur de Zamora, al este de la Maragatería y la Valdería y al oeste de Orense, la peripecia de La Cabrera ha hecho de la comarca una tierra para ser novelada, un escenario para vivir un viaje que admite la posibilidad de hacerse con el mismo espíritu que animó a los románticos en sus andaduras. Lejanía y aislamiento, extensa y montaraz geografía, singularidad y belleza son algunos de los adjetivos que califican y hacen singular este territorio de la provincia, que hoy día está en gran parte de su territorio deshabitada; despoblamiento que sólo se ha visto paliado, en parte, por la apertura de canteras que han generado riqueza y vida en aquellos pueblos directamente beneficiados, pero también cambios en algunos de sus montes alomados, que configuran la geografía de la comarca. La Cabrera, además de proporcionar un viaje a lo lejano, también ofrece un especial atractivo para la mentalidad contemporánea, que no es otro que la visión etnoarqueológica y didáctica de un tiempo pasado en tránsito definitivo hacia la vida actual, arrebatada a su vez por la satisfacción de contemplar cómo en el entorno de muchos de estos pueblos se impone la plenitud salvaje de la naturaleza, mientras su existir retiene su sereno languidecer. La singularidad de la comarca ha sido motivo para que desde hace casi un siglo se venga escribiendo sobre este «paraíso» leonés, que ahora quiere recuperar y hacer protagonista para el turismo la Diputación de León, a través de Patronato. La comarca se divide en Cabrera Alta, al este de la comarca, y Cabrera Baja, al oeste. En la primera se localiza el Ayuntamiento de Truchas y en la segunda, los de Benuza, Encinedo y Castrillo de Cabrera que coinciden, paradójicamente, con la parte más abrupta. La Cabrera Alta es más fría, con largos y severos inviernos, y veranos breves y frescos; mientras que la Cabrera Baja es de clima más benigno.