¿No hay descendientes?
José Antonio Sánchez Sánchez, del Departamento de Toxicología y Legislación Sanitaria de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, quien dirigió las investigaciones sobre el hallazgo de los restos de Quevedo y fue también responsable del análisis de los restos de los reyes del panteón de San Isidoro, en rueda de prensa del 7/4/2007, afirmó: «Tampoco se ha podido aplicar la técnica del ADN a los restos óseos porque es necesaria una muestra para cotejar y no hay descendientes de los que obtenerla». En otro artículo publicado en el suplemento cultural de El País el 17/04/2007 se especifica: «Al ser interrogado por si garantizaba la autenticidad de los restos con una fiabilidad del cien por cien, Sánchez explicó que no hay ningún método para afirmar esto. 'No se pudo aplicar la técnica del ADN a los restos ya que se necesita una muestra para cotejar y no existen descendientes para hacerla'», y en otro artículo, que «lamentablemente no se han podido llevar a cabo pruebas de ADN al no existir descendencia vía materna de Quevedo, ni restos óseos conocidos de un familiar directo del escritor». Pero los hechos son concluyentes: la hermana del padre de Quevedo, Isabel de Quevedo, que casó con un pariente suyo, Pedro Gómez de Quevedo, tiene numerosos descendientes legítimos: Tere de Mendizábal, hija de Rafael de Mendizábal; Blanca López-Muñiz de Mendizábal, hija de Blanca de Mendizábal; y Margarita Morais Valles, hija de José Antonio Morais de Mendizábal. Y hay más descendientes legítimos nacidos de Álvaro, Fausto, Justo, y Margarita de Mendizábal. Por lo tanto, lo de que «no hay restos óseos conocidos de un familiar del escritor» no es cierto en absoluto.