El CNI quiere convertir el espionaje en una disciplina universitaria
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) quiere convertir el espionaje en una disciplina más de las que se aprenden en las universidades y centros de enseñanza de toda España. Para ello, los jefes del centro consideran «preciso» potenciar la investigación sobre el mundo de los servicios secretos y fomentar su inclusión en los planes académicos. Desde hace cuatro años, el CNI colabora con facultades e institutos de estudios estratégicos en la organización de cursos y seminarios sobre esta materia. El CNI se ha marcado este objetivo dentro de una estrategia mucho más amplia para crear entre la población una «cultura de inteligencia» como apoyo al funcionamiento eficaz de la llamada comunidad de inteligencia española. De existir, esa comunidad de estaría encabezada por el propio CNI y a ella pertenecerían también los servicios de información de las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad. En su página web de internet, el CNI explica que su anhelada «cultura de inteligencia» es el conjunto de conocimientos que una sociedad «debe tener sobre la necesidad, la función y la finalidad de un servicio de inteligencia». Se trata, detalla La Casa, de que todos los ciudadanos perciban como propias las actuales amenazas contra su seguridad y libertad, así como todas las cuestiones relacionadas con la defensa de sus intereses, materias de las que en teoría se ocupan los servicios secretos. Diferentes ámbitos El CNI subraya que la cultura de inteligencia se desarrolla en diferentes ámbitos, sobre todo el empresarial y el académico. En este último, la central del espionaje aspira a que los servicios secretos «se beneficien de la experiencia y conocimientos que el mundo académico tiene sobre temas que son objeto de seguimiento» por sus agentes. Es decir, considera que la Universidad y los centros de estudios pueden ser «una fuente de información e incluso de análisis fundamental» de gran valor para su trabajo. Por otro lado, a lo largo de su historia el centro ha recurrido de forma preferente a la universidad a la busca de talentos para engrosar sus filas, como analistas o agentes sobre el terreno. El servicio secreto ya participa desde hace cuatro años en numerosas actividades organizadas por centros de estudios y universidades de casi toda España.