El vertido del «New Flame» genera un incidente diplomático con Londres

El vertido de fuel procedente del chatarrero New Flame, el tercero desde que encallara en agosto en aguas de Gibraltar, ha manchado varias playas de Algeciras y algo más. El incidente, previsible en vista de la inoperancia mostrada por el gobierno de la colonia, ha salpicado también a las relaciones diplomáticas con el Reino Unido. Su embajadora en Madrid, Denise Holt, fue convocada este lunes a una reunión en el Ministerio de Exteriores para recabar explicaciones, aunque no es probable que el asunto pase a mayores. El ejecutivo de Peter Caruana se comprometió a asumir sus responsabilidades en el control y eliminación del vertido, según la versión ofrecida por la ministra española de Medio Ambiente, Cristina Narbona. De momento, sin embargo, el operativo de vigilancia y limpieza lo componían ayer efectivos de su departamento y de la Junta de Andalucía, y el gobierno de la Roca ponía en duda que el fuel -«un pequeño derrame»- procediera del barco semihundido después del temporal de los últimos días en el Estrecho. La Junta replicó que cuenta con pruebas de que la mancha de un kilómetro de fuel y el chapapote recogido de las playas gaditanas de La Concha, el Rinconcillo y otras procede de los depósitos del buque, y anunció actuaciones legales contra Gibraltar en el seno de la UE y contra el armador del buque para recuperar el coste derivado de la limpieza de las playas de la zona. Holt se entrevistó por la tarde con el director general de Política Exterior para Europa, José Pons, quien le transmitió «la inquietud» del Ejecutivo por lo sucedido y pidió a Londres que «actúe», en tanto que metrópoli, para acabar con la amenaza que representa el New Flame . Sin perjuicio de las responsabilidades públicas y políticas de Londres y el Peñón, el primer culpable del vertido es la empresa propietaria del barco, de bandera panameña, subrayó Narbona. La ministra, afirmó que las autoridades españolas han reclamado la puesta en marcha de un mecanismo tripartito «de vigilancia y control» con Reino Unido y el Peñón para evitar nuevos accidentes.