El polígono de formación del Ferral, con carácter internacional, será el primero en aglutinar todas las posibles catástrofes
La base de la UME tiene 1.500 hectáreas libres para el centro de entrenamientos
Entre 1.800 y 2.000 efectivos serán adiestrados cada año en el futuro centro avanzado de instrucción de la Unidad Militar de Emergencias (UME) del Ferral, donde realizarán prácticas y maniobras para abordar cualquier tipo de desastre, ya sea natural o tecnológico. Según los datos que maneja el Ministerio de Defensa, está previsto que la plantilla de los cinco batallones de la UME pase escalonadamente por este centro. Cuando ya esté consolidado -el compromiso político del ministro de Defensa, José Antonio Alonso, es hacerlo en los próximos cuatro años, independientemente de los resultados del 9-M-, el polígono de instrucción también podrá ser utilizado por el personal del resto de las Fuerzas Armadas y por los miembros de administraciones civiles, tanto nacionales como extranjeras, en este último caso, en coordinación con la Escuela Nacional de Protección Civil. Mucho suelo Las dependencias, con capacidad de simulación, instrucción y adiestramiento, se ubicarán en parte de las 1.500 hectáreas que la base Conde Gazola tiene en el campo de maniobras de San Andrés de Rabanedo, donde se encuentra el V Batallón de Intervención en Emergencias de la UME. «La zona de vida apenas ocupa actualmente un kilómetro cuadrado, por lo que queda muchísimo territorio para ubicar todas las instalaciones previstas», indican fuentes de la citada base. «No obstante -matizan-, el proyecto, aunque ya está aprobado, no ha definido la situación de cada uno de los elementos que formarán parte del centro». Primero con todo Hasta ahora, no existe en España ningún complejo de entrenamiento de este tipo, puesto que será el primero con áreas de entrenamiento para todas las disciplinas de emergencias (agua, tierra, subsuelo y aire) en un mismo lugar. «Hasta ahora, los militares se están formando en centros especializados en una sola materia, pero éste de León contempla todos los desastres», recuerdan fuentes de la UME leonesa. Entrenamientos parciales se realizan, por ejemplo, en el Centro del Fuego Jovellanos, en Asturias, donde se realizan ejercicios de entrenamiento de extinción de incendios, o en Cartagena, donde la Armada tiene una escuela de submarinismo. El polígono de León está específicamente concebido para desarrollar diferentes ejercicios de entrenamiento orientados a abordar con extrema rapidez una intervención ante graves riesgos, catástrofes o necesidades públicas de muy diversa naturaleza. «Contará con los medios tecnológicos más avanzados y proporcionará instrucción complementaria -a través del denominado Curso Básico de Emergencias-, así como adiestramiento y formación en el nivel intermedio, principalmente enfocada al personal de la UME», avanzan desde el ministerio. Cuadro de mandos y tropa La organización de las dependencias incluirá un cuadro de formación específico, al que se incorporarán sólo cuadros de mando y personal de tropa con experiencia y formación. De esta manera, la plantilla inicial se estima en 40 efectivos más seis plazas de personal civil para el mantenimiento de las instalaciones. El polígono de instrucción en emergencias dispondrá, entre otras instalaciones, de un edificio escuela, que acogerá la Jefatura de Estudios, varias aulas y barracones para el alojamiento del personal. Englobará, asimismo, las instalaciones de la escuela de conductores. Se construirán unos almacenes y un garaje para albergar los vehículos y embarcaciones específicos de este centro. Quizá el edificio más emblemático sea la denominada «ciudad del desastre», un conjunto que incluye varios edificios colapsables. Uno de ellos, el «multipropósito», tendrá tres plantas de aparcamiento derrumbadas sobre vehículos con el fin de simular rescates en este tipo de situaciones. También se levantará un edificio familiar de una planta con paredes y techos colapsables a voluntad. La ciudad también tendrá instalaciones para el transporte, como vías electrificadas para el tren y circuito para autobuses y vehículos de menor envergadura. Uno de los elementos más destacados será la zona de apuntalamiento y desescombro, donde se entrenará, por ejemplo, en todo lo relacionado con seísmos, desescombros o en cómo intervenir tras una inundación para rescatar víctimas sepultadas. Intervención en el subsuelo La ciudad del desastre también incluirá una torre de rescate, canalizaciones subterráneas para entrenamiento en rescates en pozos, un campo de destreza para perros y una balsa exterior, donde se realizarán rescates acuáticos y subacuáticos y ensayos en el tendido de puentes. El campo de fuegos será otro de los fuertes. Esta instalación se empleará para la instrucción en todo tipo de incendios, en particular los forestales y los tecnológicos. Incluirá un campo de entrenamiento en incendios forestales, con dos depósitos estancos de grandes dimensiones para el acumulo de combustible vegetal, zona para tendido de mangueras con desnivel desde el estacionamiento de motobombas y zonas para la práctica de autoprotección individual de autobomba, lo que permitirá el trabajo integrado de máquinas de ingenieros. Dentro de este espacio está proyectado construir un edificio de incendios, en el que se simularán viviendas u oficinas y se aplicarán las técnicas de extinción de incendios en interiores y espacios confinados. Uno de los fines es formar a los efectivos en el control de las deflagraciones provocadas por los humos del incendio. Dentro de las instalaciones también habrá una pequeña planta química que permitirá la instrucción en extinción de incendios tecnológicos. Junto a este lugar, el campo dispondrá de una zona de entrenamiento en emergencias con gases inflamables para realizar prácticas con extintores portátiles, así como con diversos contenedores, tanques de combustible y zonas de carga de cisternas. Polideportivo compartido Tal y como contempla el estudio preliminar del centro, la base del Ferral también acogerá una piscina cubierta y un polideportivo para la instrucción acuática y física, así como la de rescate en altura. El plan de implantación de la UME ya contemplaba la ejecución de esta zona deportiva, que será de uso conjunto para el personal de la base. Una pista de conducción todo terreno servirá de ensayo para las maniobras con todo tipo de vehículos ligeros y pesados y un helipuerto propiciará prácticas de embarque y desembarque, así como de helitransporte. El presupuesto, sin incluir gastos de personal, superará los 16 millones de euros. Alrededor de 3,5 millones serán absorbidos por la compra de vehículos y embarcaciones; 1,5 millones más, por el aulario; dos millones, por el campo de fuego; otros dos millones, por la ciudad del desastre; 1,5 millones, por el área de rescate acuático; dos millones, por la piscina; medio millón, por la pista de conducción, y otro medio millón por el helipuerto. Diciembre de este año es el plazo fijado para finalizar el proceso de constitución de la Unidad Militar de Emergencias (UME), fecha en la que está previsto disponer de la cobertura de la totalidad de la plantilla. Para entonces, esta unidad contará con 4.000 integrantes entre oficiales, suboficiales y tropa, 700 de ellos en el batallón que opera desde la base leonesa del Ferral. A estos 700 se sumarán en los próximos años otros 40 efectivos más, destinados al futuro centro avanzado de formación. Esta unidad se define como una fuerza conjunta integrada por personal de los tres ejércitos, con la misión de contribuir a la seguridad y al bienestar de los ciudadanos, junto con las instituciones del Estado y las administraciones públicas, en caso de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas. Por esta razón, para cumplir la misión la UME tiene el compromiso de organizarse en el mínimo plazo de tiempo posible. La cooperación con todos los organismos de la Administración General del Estado con responsabilidad en los mecanismos de alerta y gestión de emergencias, ha sido la principal y primera función a desarrollar. A la que ha seguido la aprobación de la estructura, las capacidades y la plantilla de la unidad, sin olvidar el desarrollo del marco legal en el que se ha concretado su actuación. El 7 de octubre del 2005, el Consejo de Ministros aprobaba la creación de una unidad militar en el seno de las Fuerzas Armadas con la misión de actuar en caso de emergencias graves y dar respuesta a situaciones en las que exista peligro para la supervivencia de la ciudadanía o de sus bienes materiales. La iniciativa, anunciada por Zapatero en León, fue registrada en la Ley Orgánica 5/2005 de la Defensa Nacional. Todo el personal que la compone hasta el momento ha sido reclutado de los tres ejércitos. Según la estadística que maneja el Ministerio de Defensa, han sido publicadas siete convocatorias de vacantes para cubrir los objetivos de la plantilla previstos para los años 2006 (25%), 2007 (75%) y 2008 (100%). Formación en casa La instrucción y preparación en el nivel básico es impartida en el Campamento Básico de Emergencias, que se completa, en los niveles medio y superior, con los cursos específicos sobre diversos tipos de riestos que se desarrollan en los centros de enseñanza correspondientes a la Dirección General de la Biodiversidad, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias y otros organismos que colaboran con la UME, además de diversas empresas privadas. Asimismo, se oferta la realización de un máster en Dirección de Sistemas de Emergencia. En este tiempo, entre otras catástrofes, los miembros de la UME leonesa encabezaron la participación de los militares en la extinción del grave incendio que asoló Castellón en agosto de este año.