Quiñones convierte su condecoración en un alegato de reivindicaciones judiciales

«Nos encontramos ante un juez moderno, que tiene una visión empresarial y un carácter de trabajador casi exhaustivo» JOSÉ LUIS CONCEPCIÓN, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León El juez decano de León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, exigió al Gobierno y al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León la creación de nuevas unidades judiciales para la provincia de León «porque queremos dar un servicio ágil y avanzado para el siglo XXI, pero para eso también necesitamos medios». El juez se expresó en estos términos en el transcurso del acto de imposición de la Gran Cruz Distinguida de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort, con la que ayer le condecoró el secretario de Estado de Justicia, Julio Pérez. Se trata de la máxima distinción que concede el Gobierno a quienes trabajan en favor de la judicatura. «No creo ostentar méritos suficientes para que se me conceda este galardón, pero lo acepto si con él se distingue la labor de todos los jueces», dijo. Después agradeció la colaboración de todas aquellas personas y colectivos con los que trabaja a diario, en especial a la gerencia del Ministerio de Justicia «que tiene que soportar mis constantes reivindicaciones». Rememoró la creación de cinco unidades judiciales desde su llegada al decanato pero a la vez inquirió al representante del Gobierno si el Juzgado de Instrucción número 5 para la capital sería una realidad en breve, tras lo cual ennumeró todos los juzgados que se necesitarían en la provincia para un correcto desarrollo de la tarea. «Nos falta aún un Juzgado de Primera Instancia más, un Juzgado de lo Contencioso Administrativo y a poder ser, que el Tribunal Superior de Castilla y León descentralice una de las salas de lo Contencioso-Administrativo y nos la mande a León. Y además, hay que hacer que la banda ancha llegue a todos los juzgados de la provincia. Puede que sea un abuso aprovechar este acto, pero nuestros recursos son muy limitados». «Queremos afianzar el sistema en busca del expediente digital, para que el papel pase al recuerdo en nuestro trabajo», dijo. «Hemos tratado 55.000 asuntos en el 2007 y no estamos hablando de conceder licencias de apertura a establecimientos; a veces se trata de retirar la libertad a las personas». Invitó a la concurrencia a no dejarse llevar por el triunfalismo: «Vamos por buen camino, pero hay que mejorar aquello en lo que todavía tenemos margen y hay que arreglar aquellas cosas que por lo que sea no hemos hecho bien». Centró todos sus esfuerzos de futuro en facilitar el camino al justiciable: «Hay que llevar la Justicia al ciudadano, y no al ciudadano a la Justicia». Se excusó ante quienes pudiesen haberse sentido decepcionados con él: «Habrá sido totalmente involuntario» y recordó la importancia de sus familiares más directos; sus padres y padres políticos, su esposa y sus hijos, a los que dedicó la parte final del discurso: «Las cosas no vienen porque sí, hay que trabajarlas y esas es la base de todo. Vivid en la honestidad, no hagáis daño y dad a cada uno lo que les corresponde». «Puede ser un abuso aprovechar este acto para pedir todo esto, pero nuestros recursos son limitados» SUÁREZ-QUIÑONES Juez decano