| Análisis | Situación límite |
La izquierda abertzale, asfixiada
El llamado entorno de ETA tiene a más de 150 dirigentes en el punto de mira judicial y a unos 45.000 militantes incapacitados para la política mientras sus fuentes económicas se secan
Ha sido un trabajo en equipo realizado con precisión científica: las fuerzas de Seguridad, la Fiscalía y los tribunales han logrado asfixiar a la izquierda abertzale y descabezar el entramado de organizaciones que, según la justicia, componen el frente político de ETA, esa nebulosa también conocida como el entorno de la organización terrorista. Seis años de persecución judicial desde la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo contra los grupos sospechosos de apoyar a ETA, las redadas desencadenas contra Batasuna desde el verano y la muerte civil del Partido Comunista de las Tierras Vascas y Acción Nacionalista Vasca, han hecho añicos el denominado Movimiento Nacional de Liberación Vasco (MLNV) y han cegado la mayor parte de las vías para su regeneración. El complejo ETA-Batasuna -denominación que Garzón ha hecho oficial- tiene encarcelados o maniatados a más de 150 de sus líderes y dirigentes; ha quemado a unos 45.000 militantes, se ha quedado sin vías seguras y estables de financiación, y carece de siglas que utilizar como partido pantalla , tras las que poder ocultar a los jueces su estructura y dirección ilegal y clandestina. Huidas hacia delante como la huelga general del jueves pasado, sin repercusión real, no ocultan una situación límite.