Zapatero llama a la rebelión contra la «caza de brujas»
El hombre del talante se puso respondón. Los asesores de José Luis Rodríguez Zapatero ya habían advertido de que el presidente no permanecería a la defensiva. Su principal objetivo en el primer cara a cara de la campaña electoral era movilizar a los suyos, animar a los potenciales votantes socialistas a salir a la calle el próximo 9 de marzo para meter su papeleta en las urnas. Su modelo: el Edward Murrow de la atrevida Buenas noches, buena suerte . Con esa frase, inmortalizada en el cine por George Clooney, cerró el jefe del Ejecutivo su intervención. El recurso no fue casual. Eran las palabras con las que cada noche concluía su espacio televisivo el propio Murrow, un presentador que en la década de los 50 plantó cara al senador Joseph McCarthy y su Comité de Actividades Antiamericanas. Zapatero quiso vestirse hoy de aquel hombre honesto frente a una desmesurada caza de brujas . Y lo hizo, de manera especial, cuando saló en defensa de los artistas que han apoyado su campaña con el videoclip Defender la alegría ; los mismos que Mariano Rajoy tildó de paniaguados con el canon digital. Pero también cuando defendió al doctor Montes, acusado por la Comunidad de Madrid de mala praxis médica y presentado como sospechoso de recurrir a la eutanasia encubierta. No sólo le acusó de «descalificar» a la gente de la cultura. Sino que declaró que, por su actitud, «no merece presidir un país». Fue quizá el momento más tenso del debate. Zapatero no se abstuvo en ningún momento de interrumpir a su adversario, a pesar de que PP y PSOE habían pactado respetar los tiempos de intervención del contrario. Pero sólo aquí estuvo a punto de perder los estribos. Y fue porque Rajoy minimizó su actitud con los artistas y contraatacó con la una fuerte acusación: que Zapatero ha «agredido» a las víctimas del terrorismo. Hasta ahí, se había mostrado templado. Contundente, agresivo incluso, pero con control. Era lo que le habían aconsejado los suyos: ser un poco él mismo y meter un poco de drama. Actuar, hasta parecerse a Edward Murrow. En el comité de seguimiento que, desde la sede del partido, en la calle Feraz, analizó el debate pusieron el énfasis, sin embargo, en los errores del jefe de la oposición. Todos dicen que vieron a Zapatero «bien», pero son los patinazos los que hacen perder y no los aciertos los que hacen ganar. «No sé si Rajoy a satisfecho a los suyos, pero desde luego no ha ganado ni un voto nuevo», alega un miembro de la dirección socialista.