Diario de León

La sala sostiene que el atentado contra el edificio judicial fue una «simple idea» del líder de la célula

La Audiencia Nacional absuelve a 20 yihadistas de intentar volar su sede

Al grupo, formado en la cárcel de Topas, se le condena por pertenencia a banda armada

Los presuntos terroristas islamistas durante la lectura de la sentencia en la Audiencia Nacional

Los presuntos terroristas islamistas durante la lectura de la sentencia en la Audiencia Nacional

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M. Sáiz-Pardo / A. Torices - madrid
León

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La Audiencia Nacional condenó ayer a veinte de los treinta supuestos terroristas islámicos detenidos a finales de 2004 durante la denominada operación Nova contra el enjambre de células yihadistas nacidas en la cárcel de Topas, a los que considera responsables de un delito de pertenencia (18 de los condenados) o colaboración (los dos restantes) con banda armada. Las penas impuestas por la Sección Tercera de lo Penal suman 173 años de cárcel, apenas la mitad de lo solicitado por el fiscal, porque la sala les absuelve de la acusación más importante: tratar de volar el edificio que alberga la Audiencia Nacional con un camión-bomba cargado con media tonelada de explosivos y conducido por muyahaidines suicidas, tal y como aseguró el testigo clave de este proceso, el confidente Cartagena. La sentencia concluye que el plan para atentar contra el edificio de la calle Génova no pasó de «una simple idea» del jefe de la célula , Abderraman Tahiri, más conocido como Mohamed Achraf. «No existe una verdadera determinación de la acción terrorista a ejecutar fuera de la simple idea, plan o proyecto», explica el fallo, que insiste en que la Fiscalía no ha logrado «acreditar» que los procesados «llegaran a una concreta pesquisa sobre explosivos que permitieran la realización del ataque pensado por Achraf». Los magistrados reconocen que está probado que Achraf «había concebido la idea de ejecutar una acción terrorista mediante el empleo de un vehículo cargado de explosivos (...) contra la sede de la Audiencia Nacional como lugar emblemático de la lucha contra el terrorismo» y que este atentado se había convertido en una «cuasi obsesión» del emir de Topas. Incluso aseguran que está demostrado que el jefe yihadista le pidió en verano de 2004 a uno de sus acólitos, Kamara Birahima, que hiciese gestiones para hacerse con explosivos. Pero estos hechos, afirma el fallo, no demuestran más que la existencia de «un plan individual y sin desarrollar», para el que Achraf todavía no contaba con voluntarios. Es más, la Audiencia Nacional subraya la falta de pruebas de que el resto de los imputados supieran siquiera de la obsesión de su «emir» por perpetrar una masacre en el tribunal madrileño. Pertenencia, no conspiración «La ideación y planteamiento de un posible objetivo terrorista no constituye 'per se' la existencia de una conspiración (para atentar)», concluye el fallo, que asegura que estos planes sin madurar son sólo «una actividad que se subsume en la propia de pertenencia al grupo terrorista», único delito por el que han sido condenados. La sentencia confirma que el grupo terrorista desarticulado hace más de tres años nació entre 2000 y 2002 en la cárcel salmantina de Topas.

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