Zapatero avisa de que el día 10 habrá un Gobierno «para creer o para temer»

El presidente del Ejecutivo y candidato del PSOE a la reelección, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer que el 10 de marzo en España puede haber un gobierno «para el acuerdo o para la discordia, un gobierno que respete a todos o que desprecie a muchos, un gobierno para creer o para temer». Durante un mitin en el Palacio de los Deportes de Riazor, Zapatero ha afirmado que las elecciones del 9-M las ganarán «quienes no insultan, quienes creen en España, en el futuro y quienes están dispuestos a trabajar unidos en favor de todos los españoles». «Yo creo que España está fuerte y Rajoy piensa que es débil; yo sé que crecemos y creceremos, y Rajoy piensa que estamos en la ruina; yo promoví una ley de igualdad y Rajoy la impugnó; yo creo en el futuro, y Rajoy añora el pasado», ha comparado, para advertir a continuación de que ésa es la actitud por la que hay que optar el 9 de marzo. El PSOE, según Zapatero, puede decir antes, ahora y en el futuro que siempre ha sido «leal a España, que hemos puesto los intereses generales por encima de los intereses de partido, pero Rajoy no lo podrá decir», ha afirmado, tras acusarle de utilizar el terrorismo «con fines partidistas». Zapatero ha intensificado sus críticas hacia los dirigentes del PP por su discurso sobre la inmigración y, por ejemplo, sobre las mujeres ecuatorianas que se hacen mamografías en España, y ha advertido de que tras sus palabras lo que de verdad se esconde es «reformar la sanidad pública y reducir los derechos universales». A su juicio, «quien no se ha acercado nunca ni a la emigración, ni a los inmigrantes ni al mundo del trabajo seguramente no sabe lo que representa tener que irse muy lejos de su patria para poder sacar su vida adelante». «Éste país es un país de principios y de dignidad, y debemos tratar a quienes vienen de fuera a vivir y trabajar con nosotros igual que hemos exigido que traten a los españoles que iban fuera a trabajar», ha afirmado, antes de garantizar que mientras él sea presidente se tratará a cualquier persona en la sanidad pública «tenga el color de piel que tenga o venga de donde venga».