España archiva la causa contra Cavallo para que sea juzgado en Argentina

Ricardo Miguel Cavallo Serpico uno de los más conocidos torturadores de la dictadura que sojuzgó Argentina entre 1976 y 1983, será juzgado por sus crímenes en su propio país. El Consejo de Ministros aprobó este viernes la extradición a Buenos Aires del ex capitán de corbeta después de que México, que entregó al militar en junio 2003 al magistrado Baltasar Garzón, haya autorizado que el acusado sea reenviado a Argentina. La entrega de Serpico, no obstante, no será automática. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional debe aún dar por «extinguidas» sus «responsabilidades». La Fiscalía española pedía hasta ayer para Cavallo penas de entre 13.332 y 17.010 años de cárcel por delitos de genocidio o lesa humanidad, secuestros, torturas, violaciones y asesinatos. El Ministerio Público considera que está implicado, directa o indirectamente, en la desaparición de 407 personas, en el asesinato de siete y en las lesiones causadas a 152 detenidos más. A finales de 2006 la justicia argentina pidió al juez Garzón la extradición del imputado. La Audiencia Nacional aceptó en mayo de 2007 que el militar fuera juzgado en su propio país, una solicitud que apoyó el acusado. Pero entonces apareció un nuevo escollo legal: las autoridades mexicanas debían dar el visto bueno a la reextradición, ya que el país azteca entregó a Serpico a España y no a cualquier otro Estado. Finalmente, el 7 de febrero el Gobierno de Felipe Calderón autorizó su entrega. Cavallo, contra el que pesaba una orden de búsqueda y captura dictada por Garzón, fue detenido en 2000 en Cancún después de que varios de los familiares de sus víctimas le reconocieran. Hasta su arresto, Cavallo se ocultaba bajo una falsa identidad y trabajaba en el Registro Nacional de Vehículos de México. Desde su entrega a España hace cinco años el torturador ha estado en prisión preventiva. La Fiscalía española considera probado que el ex teniente de fragata estuvo destinado desde el comienzo de la dictadura en la el epicentro de la represión: la siniestra Escuela Superior de Mecánica de la Armada (Esma), donde fueron torturadas y desaparecidas más de 30.000 personas. Allí estuvo encuadrado el denominado Grupo de Tareas 3.3.2., eufemismo con el que se conocía al operativo de la Esma encargado de los secuestros de disidentes políticos. Según los abogados de los familiares de desaparecidos, hasta seis españoles fueron asesinados por los sicarios de Cavallo en la Esma, tras ser reducidos a un régimen de semi-esclavitud dentro de un programa de socialización denominado La Pecera.