La seguridad vial entra en campaña

Nunca antes la seguridad vial había acaparado tanta atención en los programas electorales. Un hecho que atiende a la creciente preocupación social por atajar la mortalidad en las carreteras. Para ello, las principales formaciones ofertan un ambicioso paquete de reformas de cara a la próxima legislatura. Las iniciativas más comunes se refieren a la necesidad de incrementar el número de agentes de tráfico, suprimir los puntos negros , agilizar los trámites sancionadores, mejorar la eficacia de las emergencias y la seguridad de los motoristas. Con la vista puesta en las políticas ejecutadas por el Gobierno socialista, que ha logrado reducir un 32% el número de fallecidos en los últimos cuatro años (al pasar de 4.029 a 2.741 personas), los partidos se han puesto las pilas para dotar de contenido y realismo sus propuestas sobre tráfico, que ocupan un lugar destacado en los programas de gobierno. Todas las formaciones coinciden en la necesidad de otorgar mayor eficacia al carné por puntos, confían en la recién aprobada reforma penal que endurece los delitos contra la conducción temeraria, proponen dotar de mayores medios a la Dirección General de Trafico y consideran urgente agilizar los procedimientos administrativos. En líneas generales, estas son las iniciativas que congregan un mayor consenso. Sin embargo, la letra pequeña revela algunos matices en cada formación. Así, la propuesta estrella del PSOE en lo que respecta a la vigilancia de las carreteras consiste en cuadriplicar los radares fijos actuales hasta llegar a los 2.000. El PP, en cambio, promete crear la figura del coordinador general de seguridad vial que aglutinaría competencias en obras, controles de velocidad y puntos negros. Los nacionalistas conservadores catalanes (CIU) consideran necesario señalizar todos los radares para prevenir accidentes más que para recaudar y prometen mejorar los tamos más conflictivos en un periodo de tres años. Por el contrario, Izquierda Unida quiere regular por ley la eliminación de los puntos negros e incrementar la instalación de radares móviles pero sin decir cuántos. Las diferencias también son elocuentes en lo referente a la plantilla de la Guardia Civil, aunque todos coinciden en la necesidad de aumentar los efectivos.