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El candidato del PSOE confía en que abrir las intervenciones le dará la iniciativa en el cara a cara

Zapatero y Rajoy afrontan el día clave

El líder del PP mantendrá el tono del primer día y se prepara para salir al contraataque L

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M. Iglesias/P. de Las Heras - madrid
León

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José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy salieron disparados rumbo a Madrid tras sus mítines dominicales en Zaragoza y León. Querían preparar con todo detalle el segundo debate de este lunes, un cara a cara que puede ser definitivo para el resultado electoral del 9 de marzo, y en el que el cambio de turno de las intervenciones, abrirá el socialista y cerrará el popular, se perfila determinante, según los comités de campaña de PSOE y PP. Zapatero tiene la impresión de que se va a encontrar con un Rajoy más agresivo. El presidente se reunió ayer con su equipo más cercano para preparar los mensajes y perfilar los argumentos con los que acudirá al segundo y último duelo televisivo. Será, dicen los socialistas, un cara a cara con mayor presión porque en esta oportunidad, a diferencia del pasado lunes, no hay margen para la corrección de errores. Zapatero y sus colaboradores salieron satisfechos de la primera confrontación, pese a que reconocieron que hubo errores. Las encuestas corroboraron su impresión optimista, pero tampoco se llamaron a engaño pues son conscientes de que no pocos de los que dijeron que el candidato socialista fue el vencedor son votantes de fuerzas nacionalistas o de IU que no darán su papeleta al PSOE. La dirección del partido gubernamental, pese a todo, está contenta porque a medida que pasa el tiempo, la percepción de que su candidato ganó el primer asalto es mayor. Lo atribuyen a que los «errores» de Rajoy han tenido mucho eco: la niña, su reacción ante las regularizaciones de inmigrantes con un bonobús y, sobre todo la acusación de que el Gobierno agrede a las víctimas del terrorismo. Sin embargo, aseguran que el jefe del Ejecutivo no está confiado. Sí tranquilo, matizan, pero no confiado. En el equipo de campaña del PSOE creen que esta vez será más fácil dar la impresión de que su candidato es quien lleva la iniciativa porque, conforme a lo pactado, abrirá todos los bloques. Empero, nadie tiene la certeza de que ese detalle suponga una ventaja. La mente humana, dicen los escépticos del comité socialista, tiende a quedarse con el último mensaje. «Pero si Rajoy vuelve a tener una intervención como la de la niña nos puede beneficiar que cierre». Esta semana, en la que se ha visto a un Zapatero ya muy cansado, ha dedicado dos mañanas a revisar el primer debate. Hoy volverá a tener un encuentro con el grupo que prepara los debates y luego tratará de relajarse con un paseo por el monte y una comida en familia. Cuatro puntos clave Mariano Rajoy no retrocederá ni un milímetro ni rebajará el tono de su intervención, pero su esfuerzo se centrará en llevar la discusión a su terreno y resultar convincente en la explicación de sus ofertas ante los votantes del PSOE de 2004. El punto de mira de los populares está puesto ahora en el diseño de un buen contraataque porque será Zapatero quien lleve la iniciativa ya que abrirá todos los bloques. Rajoy ha visto el primer debate y sabe dónde debe mejorar. El líder del PP tendrá ahora el reto de ser el segundo en hablar y responderá a todo, pero con la habilidad necesaria para llevar el agua a su molino, marcado por cuatro asuntos capitales: inmigración, seguridad ciudadana, dificultades económicas y España-nación, en el que incluye la lucha contra ETA. El aspirante no quiere moverse de los límites de estos cuatro territorios porque piensa que sus respuestas convencen más que las de Zapatero a una parte de los votantes que dieron su confianza al PSOE hace cuatro años y ahora se sienten defraudados. El secretario de Comunicación popular, Gabriel Elorriaga, explicó que la estrategia de campaña socialista -un mensaje identitario que apela a los sentimientos de la izquierda- no ha funcionado de forma eficaz, por lo que auguró un giro. Aventuró que Rodríguez Zapatero estará agresivo para disputar a Rajoy la confianza del electorado socialista más cercano a las posiciones del PP. Rajoy advirtió el viernes de que ha prepara la repuesta para la «sorpresa» que le prepara Zapatero.