Una candidata de llegar y besar el santo
Nacida en el municipio vizcaíno de Sodupe en 1952, los últimos 30 años de la vida de Rosa Díez estuvieron ligados al Partido Socialista, por cuya Secretaría General compitió en el 2000 en unas elecciones internas en las que finalmente ganó Zapatero. Un partido que, sin embargo, recibió sin sorpresa el abandono de su veterana militante en agosto del 2007, cuando ocupaba un escaño en el Parlamento Europeo. Crítica con los nacionalismos, el modelo de Estado y, sobre todo, con la política antiterrorista propugnada desde el Gobierno de Zapatero, al que ha acusado de «convertir a ETA en interlocutor político», Díez escudó su decisión en la «defensa de los ideales» por los que se afilió al PSOE en 1977 y en la necesidad de una «regeneración democrática». Se adhirió al partido impulsado por la Plataforma Pro, al que pertenecían el filósofo Fernando Savater o el portavoz de Basta Ya, Carlos Martínez Gorriarán, dio forma un nuevo proyecto: Unión, Progreso y Democracia.