El legionario y la mesa de los míos
Salvo la caída de un anciano cuando iba a votar, en Ponferrada no hubo mayor incidente
Estuvo en la Legión, pero ahora las piernas le fallan. Tiene 90 años y ayer quiso ir a votar por su propio pie. En las montañas del Morredero había vuelto a nevar y pese al frío que circuló por todo el Bierzo, madrugó. Al llegar a las escaleras del instituto Gil y Carrasco de Ponferrada tropezó con el bordillo, y su cuerpo cayó desplomado al suelo. Pero, como legionario que fue, no se arredró y quiso llegar a la meta, a la urna para depositar su voto. Tuvo que salir la Policía Nacional y cogerlo en brazos para sentarlo dentro, en un silla. Y allí estuvo el viejo legionario hasta que bajó el presidente de la mesa electoral con la urna en la mano para que pudiera cumplir con su misión del día. Fue este uno de los ejemplos del anecdotario de lo que ayer todos los políticos bercianos coincidían en calificar con la consabida frase de «la fiesta de la Democracia».
Un anecdotario poco florido, pero que madrugaba igualmente. Una señora, -también de avanzada edad-, entró en el instituto Virgen de la Encina, en el Ipove, se agarró del brazo de un apoderado que había a la entrada y le preguntó sin zozobra: «¿Dónde está la mesa de los míos?, ¿Dónde está la mesa para votar al PP?». Y el apoderado fue un profesional en su respuesta: «Señora, las mesas para votar, a quien usted quiera, son todas. La suya es por calle y por apellido».
Y así fue pasando la mañana, con corrillos de votantes, de políticos y de periodistas, en los que primaba también un asunto candente en la conversación: la sorprendente canción que representará a España en el festival de Eurovisión.
Ecos de Chikilicuatre Internet es la enciclopedia de este siglo. Prueba de ello es lo que le preguntaba en uno de esos corrillos un votante a otro a la entrada del colegio electoral del colegio Campo de los Judíos: «¿Tu sabes quien es Rodolfo María Martínez Gallardón?». Y antes de que todos los que le escuchaban respondieran «no», los obsequió con su respuesta: «Pues Rodolfo Chikilicuatre, el de la canción del Chiki-Chiki». «¡Qué vergüenza!, ¡Qué imagen de país!», decía un señor muy serio al que no le hacía ni pizca de gracia que lo friki de Chiquilicuatre se paseara en mayo por Belgrado.
Hay quien también hace sus encuestas particulares de voto en función de cómo vayas vestido. Un veterano político de Ponferrada, ya retirado, decía ayer en los pasillos de su colegio electoral que hace cuatro años, cuando lo del 11-M, vio por los pasillos desde primera hora a muchos jóvenes con melenas y pendientes, y ganó el PSOE. Y esta vez, no veía a ninguno, y por eso estaba convencido de que iba a ganar el PP. Por lo demás, fue una jornada electoral tranquila, sin incidentes y dentro de lo previsible.