Perdiz, codorniz, faisanes y corzos, entre otras, son especies criadas cada año para repoblar toda la provincia
Toda la caza a la que se dispara en León procede ya de granjas agrocinegéticas
Hasta el jabalí ha sido domesticado para cotos intensivos, menos en los maizales
Dos tercios largos de la superficie de la provincia son cotos de caza y pesca a falta de otros aprovechamientos agrícolas o ganaderos, donde todo se repuebla, menos los pueblos. En cambio han proliferado las granjas cinegéticas de faisán, conejos, liebres, corzos y, sobre todo, perdices. En total la Junta tiene censadas catorce, aunque el número de criadores más o menos piratas o no declarados puede multiplicarlas varias veces. Practicamente la totalidad de los cotos de caza de la provincia se están repoblando estos meses con especies de recría en un negocio que se inició hace una veintena de años con apenas tres o cuatro granjas en toda España y que ahora aparece estancado después de multiplicarse, porque también el número de cazadores ha tocado luego techo. Según Secundino Castresana, propietario de una de ellas en Santovenia del Monte, «puede que haya esas catorce granjas agrocinegéticas que dice la junta, pero la mayoría son de faisanes directamente para la cazuela». Los restaurantes, según él, a menudo los encargan «de quinientos en quinientos», pero la cría de la perdir para repoblar desde casa es otra cosa. «Que lo hagamos en serio no creo que seamos más allá de cuatro o cinco en la provincia, porque es una cría muy complicada». A lo grande Según Castresana, que cuenta con una granja de 20.000 perdices en Santovenia del Monte, a la ribera del Curueño, practicamente la totalidad de los cotos de caza de la provincia están siendo repoblados con animales de cría en cautividad. Eso, que podría parecer nuevo para los profanos, no lo es, en cambio y paradójicamente para los cazadores, que lo saben, pero no por eso renuncian a practicar un deporte que de salvaje que ya sólo tiene lo que figura en los mapas. La explotación de los cotos es tan brutal como los escopetazos. «Sueltan cien perdices en temporada de caza y se les cargan entre dos domingos, así que hay que hay que hacer luego un par de sueltas encubiertas pocos días antes de levantar las escopetas: las perdices se mezclan, y punto». En León es rara la finca que recría más allá de 20.000 perdices, pero en Burgos el grupo Altube suelta tres millones de ejemplares al año «y te pone el precio». Los animales de uso cinegético valen para repoblar cotos y tienen muy escaso interés para carne que vaya directamente a los supermercados, «porque la diferencia sería como de uno a cinco, o sea de dos mil a diez mil de las viejas pesetas lo mismo perdices que liebres o conejos: todo tiene que salir supervacunado». Sólo algunas especies, como el faisán y la codorniz han alcanzado una pequeña cuota de acceso directo a los mercados, en tanto que el resto de lo que se cría en las granjas cinegéticas tiene problemas, bien por oferta de las granjas o por demanda de los consumidores. El consumo, sin embargo, no es igual en toda la geografía española. El faisán es reacio a volver a la tierra, según algunos criadores, lo mismo que la codorniz, así que el producto final acaba directamente en las tiendas, se vente a toda España o se suelta como se puede en cotos intensivos desde Palencia hasta Toledo o Ciudad Real, donde tampoco faltan clientes con escopetas extranjeras, especialmente franceses e italianos que generan en aquellas zonas un turismo rural muy interesante. Si a eso se le puede llamar exportación, es lo que hay. Caza mayor La Junta tiene su propia finca de recría para caza mayor en Valsemana, de casi 10.000 hectáreas, en las que se recrían corzos en estado semisalvaje y se guardan las claves genéticas del mastín, todo de lo más doméstico. Según los responsables locales del departamento autonómico de caza, sólo se ha experimentado hasta ahora en animales silvestres con el corzo, «porque se trata de una especie propia y muy territorial». Al cabo de casi treinta años, desde mediados de los setenta, los corzos de Valsemana han repoblado Extremadura, Madrid y toda Castilla. EL CAMPO YA NO SE REGENERA POR SÍ MISMO PARA AUTODEVOLVERSE SU PROPIA FAUNA Granjas agrocinegéticas Animales a abatir Una explotación mediana produce 20.000 perdices al año, aunque la mayoría son sólo corrales familiares «Cuando empezamos hace veinte años sólo éramos tres o cuatro en toda España» VÍCTOR MOLLEDA , empresario de granjas cinegéticas