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Pretenden imponer sus programas al Gobierno con las alianzas

Los partidos catalanes presionan el inicio del desarrollo del Estatut

El PSOE avisa al PSC de que a pesar de sus resultados en las urnas los traspasos no son prioritarios 1396927554

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Natalia Araguás - barcelona
León

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Con el tablero postelectoral aún por explorar, los partidos catalanes estudian estos días la manera de rentabilizar los resultados del 9-M. El pleno desarrollo del Estatuto de autonomía; el traspaso del servicio ferroviario de Cercanías, un nuevo sistema de financiación y la revisión del modelo gestión del aeropuerto de El Prat son cuestiones capitales para la Comunidad que están sobre la mesa. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no tiene prisa en abordarlas y ya ha hecho saber al PSC que, pese a su buen resultado electoral, estos temas no son prioritarios. De momento, el Ejecutivo tripartito catalán prefiere la discreción y esperar a que el Gobierno central, aún en funciones, forme sus equipos ministeriales. Ahora bien, los catalanes no aceptarán un aplazamiento sine die de estas cuestiones y ya han puesto por escrito un documento en el que detallan sus prioridades para los próximos tres años, la llamada hoja de ruta. El PSOE ha aplaudido la victoria de sus compañeros del PSC, pero ha dejado claro que no les permitirá que le marquen la agenda. Zapatero sabe que un exceso de debate catalán no le favorece en el resto de España, y se ha marcado prioridades bien distintas. La economía, el empleo y la inmigración serán temas cruciales en esta legislatura, mientras que el despliegue del Estatut no entra en sus planes inmediatos. Los socialistas catalanes sufren las presiones de sus socios de Gobierno de ERC e ICV para que el texto autonómico se implemente cuanto antes. CiU, por su parte, está a la espera de alcanzar pactos postelectorales con el PSOE en Madrid. Su dirección ha fijado el 25 de marzo como fecha para iniciar las negociaciones con los socialistas. La federación nacionalista se esfuerza en Cataluña en proyectar una imagen de desapego hacia esos pactos con La Moncloa, y subraya que no tiene «ninguna obligación ni ninguna dependencia».