| Análisis | Los asesinos de siempre |
Regreso al coche bomba
Cuando se cumplen el lunes dos años de la declaración de alto el fuego de ETA, el 24 de marzo del 2006, la banda recupera sus épocas más duras, la del tiro en la nuca y el coche-bomba
Estas intenciones las ha dejado claras durante este mes, con dos acciones terroristas que han acabado con la vida de un ex concejal socialista en el País Vasco y han hecho de nuevo temblar los cimientos de un cuartel de la Guardia Civil, el de Calahorra (La Rioja), que ya había sufrido en 1983 otro atentado similar. El estallido de un coche-bomba, cargado con entre 60 y 100 kilos de explosivos, junto a la casa cuartel de Calahorra, que no causó víctimas mortales, se convierte en la tercera acción de este tipo que la banda terrorista pone en práctica desde la ruptura oficial del alto el fuego el pasado 5 de junio. Y el asesinato a tiros del ex concejal socialista de Arrasate-Mondragón Isaías Carrasco, dos días antes de las elecciones generales del 9 de marzo, evidencia la intención de ETA de recuperar sus épocas más siniestras del tiro en la nuca. Tras más de cinco años sin recurrir a las pistolas -el último asesinato a tiros fue el del sargento de la Policía Municipal de Andoain, Joseba Pagazaurtundua- ETA ha asesinado desde diciembre pasado a tres personas por este macabro procedimiento, que se suman a los ciudadanos ecuatorianos fallecidos en el atentado de la T-4. Primero mató a los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero en la localidad francesa de Capbreton, en un atentado insólito y sin precedentes en suelo francés, y después a Isaías Carrasco. Con este último asesinato ETA quiso estar presente en la campaña electoral, en unos comicios en los que había pedido la abstención en las urnas. Es previsible que la banda intente apuntarse la abstención en estos comicios en un próximo comunicado en el que también podría reivindicar la autoría del atentado contra Carrasco y otras acciones. Desde el fin «oficial» de la tregua la banda ha colocado también una decena de artefactos explosivos en distintas localidades del País Vasco, en su mayoría contra Juzgados.