Nieve en el paquete turístico

«Ya me habían preguntado dos días que si no iba a nevar», confiesa el regente de un establecimiento hostelero del Curueño, con el cartel de completo en estos días, como en toda la montaña. Semana Santa, primavera y nieve, todo junto. «Esto es demasiado», celebra una joven pareja valenciana a las puertas de Babia, tras comprobar «por primera vez» qué se siente con la nieve en los tobillos. Más prosaicos, los leoneses, señalan los copos «que caen como trapos» y recuerdan el refranero: «¿Véis como al invierno de León nunca lo come el lobo?», desengañan los lugareños de los pueblos de Babia, jóvenes y no tanto, que al arreciar la nevada a media tarde, confiesan que hacía tiempo «no vemos nevar así». Comparan el festival meteorológico de primavera con «la telina» que cayó en enero, la única referencia de nieve en los últimos doce meses. Hasta ayer, «que el tío del tiempo al fin dió en el clavo» y León se volvió León en lugar de esas montañas del color de la avutarda. «Ahora sólo falta que nos saquen en el parte, que parece que vale más un copo en Ávila que un millón de León», reivindican, casi seguros de que van a pasar la noche aislados.