Diario de León

Los terroristas colocaron dos ollas industriales activadas de forma simultánea

ETA utilizó una bomba doble para atentar contra el cuartel de Calahorra

El mecanismo es el mismo que resultó fallido el año pasado en la Delegación de Defensa de Logroño

Estado en el que quedó una de las viviendas afectadas por la explosión del coche bomba en Calahorra

Estado en el que quedó una de las viviendas afectadas por la explosión del coche bomba en Calahorra

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Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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El comando Vizcaya de ETA utilizó una «bomba doble» en el atentado del pasado Viernes Santo contra la casa cuartel de la Guardia Civil en la localidad riojana de Calahorra con el fin de provocar el mayor daño posible. Además, los etarras usaron un explosivo reforzante todavía no identificado y también, probablemente, líquido inflamable para borrar cualquier tipo de huella. Según informaron ayer mandos de la lucha antiterrorista, el maletero del Honda Civic fue cargado con sendas ollas industriales de 35 litros embutidas de explosivos, cuyos restos han sido recuperados por la Policía Científica. Ambas marmitas fueron activadas de manera simultánea, provocando dos ondas expansivas paralelas, que afectaron de lleno al acuartelamiento y a centenares de inmuebles y locales cercanos. Los terroristas, explicaron ayer los especialistas, «calcaron» el atentado con coche bomba, entonces fallido, del 10 de septiembre del año pasado contra la Delegación de Defensa de Logroño. La «doble bomba» de la capital riojana cargada en un Ford Fiesta, que estaba compuesta por 61 kilos de amonal y cinco litros de líquido inflamable, no llegó a estallar porque los etarras, todavía inexpertos, cometieron un error en la colocación del mecanismo de iniciación al conectar los dos recipientes de cocina, lo que hizo que sólo estallara el detonador sin llegar a activar las cargas explosivas separadas. Aquel atentado fallido fue el segundo que cometieron Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea, los «liberados» que lideran el comando Vizcaya acusado de haber cometido trece acciones violentas desde la ruptura del alto el fuego, incluido el ataque contra la casa cuartel de Calahorra. Los responsables de la lucha antiterrorista apuntan a que el diseño de esta «bomba doble» es obra de Aitzol Iriondo Yarza, «Gurbitz», actual responsable de la logística de la banda y presunto responsable directo de este activo comando. De hecho, las huellas digitales de Gurbitz aparecieron en algunos de los componentes del Ford Fiesta manipulados para anclar los dos artefactos de Logroño. Iriondo, supuestamente, también habría fabricado las bombas de Calahorra. Martitegi, Goikoetxea y otros dos terroristas desconocidos sólo tuvieron que activarlas. Y esta vez, a diferencia de lo ocurrido en Logroño, no cometieron errores en la conexión del detonador. Difícil rastro Los funcionarios de Policía Científica, entre tanto, intentan determinar el tipo de explosivo usado en la acción. Seis días después de la explosión, todavía no hay informes definitivos ya que los terroristas utilizaron diferentes sustancias cuyas trazas químicas se han mezclado. Además del explosivo, confirmaron los expertos, los terroristas usaron una sustancia para reforzar el estallido y, probablemente, otro material inflamable para provocar la total destrucción de pruebas. Las fuerzas de Seguridad no descartan que esta estructura terrorista esté también detrás del asesinato del ex edil del PSE en Mondragón Isaías Carrasco.

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