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El candidato socialista será reelegido el viernes en la segunda vuelta con los votos del PSOE

Zapatero pierde la investidura pero crea el clima para pactar con todos

Sólo el PP, ERC y UPyD votaron en contra mientras el resto de grupos se abstuviero Alonso convoca

Rodríguez Zapatero, en la segunda sesión del debate de investidura

Publicado por
Ramón Gorriarán - madrid
León

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José Luis Rodríguez Zapatero no logró, según lo previsto, la investidura como presidente del Gobierno en la primera votación del Congreso. Su reelección, sin embargo, no corre peligro: la conseguirá este viernes en segunda vuelta con el único apoyo del grupo socialista. El revés, pese a la apariencia, no es tal, ya que el candidato consiguió abrir una vía de pactos con todos los grupos, incluido el PP. Hace cuatro años, Zapatero fue investido a la primera, pero constriñó su capacidad de tejer alianzas a tres aliados menores: IU-Iniciativa per Catalunya, Esquerra Republicana y Bloque Nacionalista Galego. En esta ocasión, no consiguió la reelección en la votación inicial, pero en cambio amplió el abanico de pactos a todos los grupos de la cámara. Los portavoces, desde Mariano Rajoy hasta la nacionalista Uxue Barkos, mostraron su predisposición a entenderse con el futuro Gobierno. El candidato socialista no alcanzó la mayoría absoluta de 176 votos y se quedó en 168 a favor de su investidura, todos los de su grupo salvo una ausencia, y recibió el rechazo de 158 diputados, los 154 del PP más los tres de Esquerra y el de Unión Progreso y Democracia. Se registraron además 23 abstenciones de los parlamentarios de CiU, PNV, BNG, Coalición Canaria, IU-Iniciativa per Catalunya y Nafarroa Bai. La votación se repetirá este viernes y ya sólo será necesaria la mayoría simple, un objetivo asegurado sólo con los diputados del PSOE, a la vista de la votación de ayer. La situación, lejos de disgustar a los socialistas, fue el remate perfecto de una operación calculada al milímetro. El partido gubernamental optó por no reeditar la estrategia de la legislatura pasada de atarse a acuerdos con las fuerzas nacionalistas e IU y prefirió moverse con la autonomía que da el único respaldo de los suyos. En las conversaciones previas, los negociadores socialistas ni reclamaron el voto a los grupos minoritarios y el propio Zapatero se cuidó de no hacerlo tampoco en sus intervenciones durante el debate de investidura. El PSOE quiere que la única hoja de ruta del Gobierno sea su programa y el candidato lo reafirmó este miércoles: «no va a haber excusa ni resignación para no cumplir el programa». Esta actitud, en contra de lo que cabría esperarse, no provocó la animadversión del resto de los grupos, que consideraron legítima la opción elegida por los socialistas. El PP, que comprobó que Zapatero ha escogido a Rajoy como aliado de referencia para asuntos de Estado, no dio el portazo que no hubiera extrañado a nadie en la anterior legislatura. El líder de los populares no escondió en el balance del debate que su partido está por la labor de acordar: «Pido que el Gobierno se entienda con el PP; no sólo ofrezco sino que pido que cuando se hable de terrorismo, pensiones, política exterior, España y justicia se pacte con el PP», dijo Rajoy. Borrón y cuenta nueva El líder opositor propuso hacer borrón y cuenta nueva de los últimos cuatro años ya que «no es bueno hablar de lo que pasó en la última legislatura». No especificó si esta voluntad pactista se plasmará en acuerdos escritos o en escenificaciones unitarias porque lo importante es «el fondo de los asuntos y no sólo las formas». Se trata, prosiguió, de «generar un clima de confianza» mutua más que de rubricar documentos. El buen clima también llegó a los grupos minoritarios pese a ser también conscientes de que serán segundo plato en muchos asuntos porque la preferencia socialista será para los populares. Otro de los impulsores del no a Zapatero, el portavoz de Esquerra se lamentó de que el PSOE haya colocado a su grupo en «un rincón del ring», si bien se apresuró a matizar que su voto en contra «no prejuzga nada de cara al futuro». Los representantes de CiU y PNV también precisaron que su abstención no implica una ruptura con el futuro Gobierno. El catalán admitió que mantienen ópticas similares con el PSOE en «temas sustanciales», como por ejemplo el capítulo económico; mientras que el vasco volvió a utilizar la metáfora del mus y confió en que el Ejecutivo no sólo cuente con su partido para los asuntos de «la pequeña» sino que también lo haga con los de «la grande». «No va a haber excusa ni resignación para no cumplir el programa» JOSÉ L. RODRÍGUEZ ZAPATERO Candidato a la reelección