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El presidente de los veterinarios de España asegura que es «absolutamente necesario» que las necropsias sean obligatorias

Badiola: «Hoy por hoy no hay garantías para saber si ha habido más muertes»

«Las administraciones deben aportar mucho más dinero para investigar la enfermedad»

El presidente de los veterinarios, Juan José Badiola, en una imagen de archivo

Publicado por
F. Ramos - redacción
León

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Las últimas muertes de los dos leoneses -un hombre de 41 años y una mujer de 50- afectados por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, variante humana del mal de las vacas locas, podrían no ser las últimas que se produzcan en la provincia. De hecho, según explicó a este periódico el presidente del Consejo de Colegios de Veterinarios de España, Juan José Badiola, no existen garantías de que no haya habido ningún otro caso. «Hoy por hoy, no exiten las suficientes garantías para saber si ha habido más muertes o no», asegura Badiola, quien se pregunta: «¿Quién puede afirmar con absoluta rotundidad que desde que se produjo la muerte de la joven de Madrid en el 2005 no ha habido más hasta hoy?». El presidente de los veterinarios de España justifica sus afirmaciones en el hecho de que, en estos momentos, la única forma de saber con certeza si una persona ha fallecido por el mal de las vacas locas es realizando la necropsia del cadáver, «algo que no se hace porque no es obligatorio y la familia tiene que autorizarla», matizó Badiola, quien tiene claro que es absolutamente necesario que las administraciones sanitarias dictaminen que esta prueba sea obligatoria, con lo que se evitaría la actual negativa de la mayor parte de las familias. «Hace años que tendría que haber sido ya obligatorias», manifestó. La necropsia, o la disección del cuerpo del fallecido que se realiza con el fin de obtener información anatómica sobre la causa, naturaleza, extensión y complicaciones de la enfermedad que sufrió en vida y que permite formular un diagnóstico médico final o definitivo para dar una explicación de las observaciones clínicas dudosas y evaluar un tratamiento dado, es una prueba que ahora sólo se realiza cuando se tiene la certeza prácticamente absoluta de que la persona fallecida estaba aquejada del mal de las vacas locas. «El problema de esta enfermedad es que se confunde con otras con mucha facilidad, como por ejemplo la variante esporádica de la Creutzfeldt-Jakob, que aún hoy no se sabe de dónde viene y por qué», explicó Badiola. Por esta razón, el presidente de los veterinarios de España y ex presidente del Centro de Referencia de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) ve absolutamente necesario realizar las necropsias; «sólo así diferenciaríamos unas de otras», insistió. Más dinero Badiola aseguró que se ha avanzado mucho en investigación en Encefalopatía Espongiforme Bovina animal y poco en su variante humana, razón por la que ha reclamado más dinero a las administraciones para la investigación del mal de las vacas locas en humanos. «Las administraciones están siendo un poco rácanas en este aspecto y sólo con apoyo se puede seguir investigando hacia la eliminación de la enfermedad», finalizó. «¿Quién puede afirmar que desde que se produjo la primera muerte en el 2005 no ha habido más hasta hoy?» JUAN JOSÉ BADIOLA Pte. de los veterinarios