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Zapatero guarda con total sigilo el nuevo gabinete, mientras muchos aguardan una llamada de teléfono

Publicado por
Paula de Las Heras - madrid
León

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José Luis Rodríguez Zapatero tiene a los suyos in albis. El candidato a la presidencia del Gobierno anunció ayer que no hará pública la composición del nuevo Ejecutivo hasta el sábado, después de acudir al Palacio de la Zarzuela para jurar el cargo e informar a don Juan Carlos. Pero el silencio no sólo rige para el común de los mortales. Fuentes del Gobierno en funciones aseguran que el líder socialista está «muy hermético» con todos y que, además, disfruta con ello. «Primero -dijo ayer tras su primera e infructuosa votación para la investidura- lo tiene que conocer el Rey». El inminente jefe del Ejecutivo agotará, pues, hasta el último minuto antes de hacer sonar los teléfonos de aquellos que, tanto en el Gobierno como fuera de él, esperan su llamada. Sólo algunos privilegiados, entre ellos su amigo personal y nuevo portavoz del grupo parlamentario, el ministro de Defensa saliente, José Antonio Alonso; o la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, manejan claves que a otros muchos ministros y altos cargos del partido se les escapan. La número dos del Gobierno recibió del propio Zapatero la garantía, según aseguran en su entorno más próximo, de que conservará bajo su manto todas las responsabilidades que le fueron encomendadas en la anterior legislatura. Y no son pocas: coordina los trabajos de los distintos ministerios, prepara con subsecretarios las reuniones del Consejo de Ministros, dirige las relaciones con las Cortes, ejerce como portavoz y supervisa (en la práctica, aunque no exista una estructura oficial para ello) las políticas de inmigración y contra la violencia machista. Las filtraciones no gustan Al presidente en funciones, según cuenta uno de sus colaboradores, le sentó mal ver publicado que iba a convertir en ministro a su actual jefe de gabinete, José Enrique Serrano. No porque fuera falso sino porque frustra el efecto sorpresa con el que a todos los presidentes les gusta abordar las reformas en sus equipos. En el ministerio de la Presidencia se apresuraron a asegurar que el veterano asesor monclovita no asumirá en ningún caso tareas hasta ahora asumidas por la vicepresidenta.