Alonso, el mejor amigo del presidente

José Antonio Alonso dejó Defensa para dirigir el grupo parlamentario socialista, un cargo en el que tendrá que sacar dotes políticas para negociar con los adversarios. Con el presidente Zapatero le une una sólida amistad. Ese afecto ha llevado al presidente a confiarle dos de las carteras más complicadas: Interior y Defensa, en un momento difícil y con el Ejecutivo inmerso en un diálogo con ETA. Magistrado progresista, quería ser ministro de Justicia y huía de los puestos de gran relevancia política, pero su amistad con el jefe del Ejecutivo le llevó por otro camino, hasta la primera línea en el Congreso. Alonso nunca ha sabido negarse cada vez que Zapatero le ha llamado porque necesitaba a una persona de su máxima confianza. Su primer encargo fue dirigir Interior, cargo que nadie quería en una legislatura alumbrada bajo el signo de la peor matanza terrorista de Europa. Dos años después, lo llamó para sustituir a José Bono en Defensa, en un momento en que el trabajo del CNI parecía clave para verificar si ETA quería dejar el camino de la sangre. El mayor éxito que se le conoce como mediador fue un viaje que hizo a Estados Unidos y que enmendó en parte el desencuentro entre los dos gobiernos por la retirada española de Irak. Unos meses después, la bandera de las barras y estrellas volvía a desfilar por Madrid el 12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional. Ahora deberá meterse en la política para urdir con las minorías del Parlamento los pactos imprescindibles para garantizar la estabilidad del Gobierno.